De hoy en delante, y por varios meses, los nayaritas vamos a recibir mucha información sobre los partidos, los candidatos y la política en general, esto porque estamos inmersos en la campaña para la renovación de gobernador del estado, presidentes, diputados, regidores y síndicos, por lo que ya hay, al manos, un ciento de aspirantes a candidatos en cada uno de nuestros municipios.
Se dice, que estamos inmersos en campañas totalmente democráticas, sin embargo, la mayoría de los ciudadanos desconocen el significado de la palabra “democracia”, la que define el diccionario como “doctrina política favorable a la intervención del pueblo en el gobierno”.
En Nayarit y en México se tiene en la práctica lo que se conoce como “democracia burguesa”, esto porque en las decisiones del gobierno que elige el pueblo, solo se favorece a la clase rica, reconocidos por la ideología socialista como “burgueses”, y en esta caso, campañas y candidatos son movilizadas por las personas que tienen el poder económico, nunca por los pobres y desposeídos, los que no tienen capacidad para competir con quienes los explotan de manera permanente amparados en leyes y reformas constitucionales que elaboran sus lacayos que envían de representantes populares a la Cámara de Diputados Federales y al Senado de la República.
El sistema capitalista de gobierno que tenemos los mexicanos, pone a disposición de los partidos políticos miles de millones de pesos para que hagan su labor de proselitismo, dinero que pagamos la gente humilde a través de impuestos que se quiera o no, nos quitan nuestros gobernantes, ya que lo que adquirimos en el mercado va gravado con el IVA, y en el pago de la gasolina, diesel, gas y electricidad, la mayor parte del dinero va directo a las empresas controladas por el estado.
De esta manera, la clase privilegiada económicamente del país, controla todo el quehacer político electoral, ya que dada las condiciones de desigualdad que existe en México, es imposible que un pobre asalariado pueda acceder como dirigente de estas organizaciones partidistas, manejar el recurso y consultar a la población para que ésta le indique a quién debe nombrar candidato y hacerlo llegar a los cargos de elección popular.
Y si todas las empresas políticas tienen control del gobierno burgués, es lógico suponer que por esta vía jamás va a surgir un verdadero caudillo que abandere las causas y defienda los intereses de la población humilde, de ahí que no veamos en este ambiente a intelectuales que busquen un cambio de sistema político, que tengan como meta el acabar con esta democracia a favor de los ricos y que emprenda una verdadera revolución a favor de las familias humildes de los obreros, campesinos, pescadores, indígenas y trabajadores en general.
Las actuales campañas políticas solo logran el cambio de dictadores, el que haya relevo de corruptos en los tres niveles de gobierno, que haya legisladores y jueces a modo para que protejan a las familias poderosas, a los nobles modernos, los millonarios y grandes empresarios nacionales y extranjeros, no a la gente del pueblo, la que sigue muriendo de hambre, desempleada y abandonada totalmente a su suerte.
Y por este control férreo sobre el sistema político imperante en México, el pueblo no tiene los gobiernos que merece, si no los que le son impuestos a través de infinidad de corruptelas, dinero mal habido y toda clase de artimañas, las que son dirigidas desde lo más alto de los gobiernos locales y ahora con la complicidad de las bandas del crimen organizada de la que forman parte muchos de nuestros representantes populares, de ahí que haya varios ex gobernadores de los estados que son requeridos por el gobierno de Estados Unidos por ser verdaderos gánsteres, criminales y delincuentes sumamente peligrosos, y representantes como esos, ningún mexicano lo merecemos.