DEL EDITOR: QUE PREGUNTEN A LA GENTE

arturo      Hará cosa de días, que un sinvergüenza funcionario odiado por sus representados, tuvo el cinismo de declarar a un medio impreso que debían de preguntarle a la gente, y que esta se iba a pronunciar a su favor, porque según su óptica, había conseguido un sin fin de beneficios para las familias locales.

El nombre de este sujeto de marras no tiene caso, siquiera, de darse a conocer, aunque todo mundo siente el mal gobierno que ha realizado al frente del ayuntamiento de Tuxpan, del cual se ha aprovechado para darse una vida llena de lujos y riquezas a las que siempre es tuvo acostumbrado, dándole rienda suelta a los vicios que viene arrastrando de toda su vida y los que lo han llevado a ser internado, con dinero público, en caros centros de rehabilitación para drogadictos y alcohólicos.

Nosotros sabemos bien que la gente de nuestro pueblo jamás se equivoca, razón por la cual si les preguntamos por nuestros actuales candidatos al gobierno del estado, nos dan santo y seña de su vida, obra y milagros.

De hecho, los precandidatos que aspiran a cualesquier cargo de elección popular en los municipios, andan actualmente en boca de todo mundo, habiendo opiniones diversas y hay algunos que de plano no obtienen ni la más mínima calificación.

Esos malos candidatos, los que además son impuestos por gente perversa que busca beneficios personales, llegan a dar la sorpresa porque aún con lo que se dice, las autoridades electorales son totalmente corruptas, no dan entrada a muchas demandas que presentan los ciudadanos y finalmente dan la razón al partido que presente mayor número de sufragios, así los hayan conseguido comprándolos o bajo amenaza a los ciudadanos que tienen a su merced.

Es un secreto a voces, además, que desde hace años hay en México la presencia de la narcopolítica, que en nuestros miserables municipios hay quienes mandan a viciosos y compinches a votar a favor de tal o cual candidato, el cual, por esa razón, está obligado a respetar “la plaza” una vez que entre en funciones como gobernante.

De estos presidentes, diputados, regidores y síndico, tenemos varios en Nayarit, siendo lógico que cuando gobiernan piensen que en verdad la gente los aprecia, no les teme, y se atreven a lanzar ese tipo de retos: “Que pregunten a la gente”, suelen decir.

Por eso es bueno que ahora la gente hable, se exprese, diga su sentir respecto a los malos gobiernos y políticos corruptos que hemos padecido por siempre, los que mueren en el error pensando que en verdad son populares y queridos por sus gobernados, los que ahora tienen la oportunidad de hablar libremente y decir todo cuanto piensan de ellos y hacer que vean la cruda realidad.

Y es que por ejemplo, ahora que muchos nayaritas ven en desgracia al ex Fiscal de Nayarit, Edgar Veytia, tienen el valor de denunciarlo, cuando nos hubiéramos ahorrado muchos problemas y desgracias si la gente se armara de valor para decirle en su cara a los funcionarios lo que son, como seguramente lo harán muchos tuxpenses ahora que el alcalde vicioso y corrupto de este lugar lanzó el reto de que sea la gente de su pueblo la que lo califique, que le pregunten si es bien o mal visto por sus paisanos.

En esta campaña, ya se ve la diferencia por la infinidad de denuncias que hacen los ciudadanos a través de las redes sociales, donde prácticamente desnudan a todos los aspirantes a cargos de elección popular, por lo que es como si reprobaran a los malos políticos en su propia cara, por lo que hay que aplaudir la oportunidad que nos da esta moderna herramienta para trasparentar un poco el proceso electoral que estamos viviendo y el que en el pasado tenía total corrupción y prácticamente por décadas se nos impusieron todo tipo de gobiernos, los que tuvimos que soportar porque ni tan siquiera t eníamos la oportunidad de refregarles en su propia cara la basura que eran y el malestar con la que vivimos muchas generaciones de mexicanos y nayaritas.

Por eso, claro que recogemos la solicitud que hizo este alcalde deshonesto y drogadicto, al que le respondemos que para nosotros en especial y la mayoría de los tuxpenses en general no es más que un baquetón con suerte.

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