A menos de 70 días para que se lleve a cabo el cambio de gobierno en Nayarit, los habitantes de este estado estamos sufriendo una terrible escalada de la violencia y criminalidad, según se dice, originada por la guerra que desatan los grupos criminales que pelean nuestro territorio como plaza para la producción, traslado y venta de droga.
La cosa es que en cuestión de días, se han registrado casi una decena de feminicidios, ya que se ha privado de la vida a indefensas mujeres, mientras que se registran también “levantones” de jóvenes, ejecuciones y desapariciones de personas en todo el estado, principalmente en la capital Tepic y zona conurbana.
Hace seis años, la situación era mucho más terrible que en la actualidad, hubo infinidad de asesinatos y se colgaban cadáveres en los puentes peatonales en el municipio tepicense, registrándose balaceras y crímenes masivos en muchos de nuestros pueblos.
Fue el actual gobernador, Roberto Sandoval Castañeda, quien al asumir el poder se enfrentó a los criminales y con muchos sacrificios y bajas incluso de colaboradores cercanos, logró controlar y erradicar esa extrema violencia.
Hoy, al final del sexenio, Nayarit vuelve a ser escenario violento, el cual, si no se enfrenta de inmediato a las bandas del crimen organizado, harán que tengamos un cambio de gobierno con miedo e incertidumbre, más porque no sabemos que actitud tomará quien es ya el nuevo gobernador, el joven empresario Antonio Echevarría García, al que le corresponde ahora obrar con mano dura para hacer que la delincuencia abandone nuestra tierra.
La tarea no es nada fácil, pero se debe hacer, ya que la principal obligación de quien gobierna un pueblo, es garantizar la integridad de sus habitantes, y para esto se debe obrar con fortaleza e inteligencia, ya que una de las intenciones de quienes están detrás de los asesinatos y balaceras, es intimidar a la autoridad para que le permita hacer de las suyas con total impunidad.
Se necesita, además para que haya tranquilidad entre los nayaritas, que no haya tampoco efervescencia política, que no se vean diferencias y pleitos entre los funcionarios que abandonan el gobierno y los que van entrando, ya que esto tiene efectos negativos en la gente común y corriente.
No abona a esta paz el que haya ciudadanos levantando denuncias ante la PGR en contra de quien nos gobierna, el que saben va de salida y nada puede hacer por reivindicarse ante el pueblo, menos aún el que se esté llevando a cabo una campaña difamatoria de supuestas investigaciones penales en contra de Roberto Sandoval y algunos de sus más cercanos colaboradores, los que supuestamente están en la mira de la PGR.
Nayarit está el peligro porque han llegado a nuestra entidad grupos de sicarios del cartel de Sinaloa, y se dice que en nuestra tierra opera, desde hace años, células del cartel “Jalisco Nueva Generación”, los que han chocado entre sí, siendo esta situación la que debe erradicar la autoridad y no andar haciendo caso a mitotes, ya que en su momento se va a dar la revisión de cuentas al gobierno que se va y a los funcionarios que habrán de entrar.
La gente sabia de nuestro pueblo suele afirmar que palabras no rompen panza, las balas si, de ahí que haya que regresar la paz y la tranquilidad a todas las familias nayaritas de inmediato, esto para que tengamos un cambio de autoridades completamente tranquilos, sin que haya temor de nada, recobrando la confianza si vemos, como en el caso de la joven asesinada en Xalisco, a su asesina tras las rejas.
Por esa razón, en estos días que anteceden a la entrega-recepción tanto del gobierno del estado como en los 20 municipios de Nayarit, la Fiscalía estatal debe redoblar esfuerzos para evitar que sigan presentándose en esta tierra eventos violentos y criminales, y ya después proseguir atendiendo las denuncias en contra de los funcionarios acusados de los delitos de corrupción, enriquecimiento ilícito y ser cómplices del crimen organizado que tanto dolor y muerte ha causado en nuestro estado.