En los relevos de los ayuntamientos, la gente de nuestro pueblo quiere ver reflejado el cambio, ya no tanto de sistema de gobierno, que tanto urge a México, si no cuando menos en personajes honestos que jamás hayan estado al frente de alguna dirección municipal.
Que no se nombre funcionarios solo porque así conviene a tal o cual partido, menos aún si es el alcalde el que acomoda a incondicionales y amigos, a los que busca beneficiar pagándoles jugosa quincena o hacerse de incondicionales que serán capaces de cualquier sacrificio o bajeza por su persona.
La gente votó por un cambio porque ya estaba cansada que en los ayuntamientos y el gobierno del estado siempre han estado los mismos actores, cambiando solo de encargo, brincando como chapulines de una oficina a otra, señalándose que esto es porque son políticos de carrera.
En algunos cabildos, las dirigencias partidistas aprovecharán el que tienen mayoría de representantes para imponer directores en dependencias municipales, los que en vez de servir a la gente, se comprometen a fortalecer a su partido.
Incluso se ve venir el fenómeno de que habrá municipios donde ex funcionarios de administraciones priistas van a cambiar de camiseta para lograr colarse a importantes cargos, lo que evidencia su mediocridad y provoca el repudio de la población y en venganza de este rechazo, por lo regular, estos servidores públicos suelen comportarse con prepotencia en el desempeño de sus funciones.
Estas historias las hemos vivido por siempre en nuestros municipios, y fue la gota que derramó el vaso, de ahí que los ciudadanos hayan dado la espalda al PRI en las pasadas elecciones del 4 de junio del presente año, buscando en los partidos que integraron la alianza “Juntos por Ti” el cambio de funcionarios, pues ya no quieren volver a ver jamás a esos “buscachambas”, de los cuales estaban hartos, pues algunos hasta han llevado a trabajar en las dependencias púlicas a hijos y nietos.
Hay municipios en los que se especula que los nuevos regidores ya formaron una coalición en busca de la imposición de directores de las dependencias, lo que hacen por intereses propios o de grupos, buscando como siempre, el tener ventaja en este largo gobierno de cuatro años en los ayuntamientos.
Estos representantes populares dejan de lado el interés de la población, lo que poco o nada les importa, ya que enseñan el cobre al velar solo por su seguridad, sintiéndose superiores y actuando ya con total prepotencia, creyéndose los salvadores de la humanidad, cuando la verdad es que son mediocres favorecidos por la ocasión y el hartazgo de la población hacia los políticos tradicionales.
También se ve venir los enfrentamientos entre regidores y los alcaldes electos, ya que unos y otros ven solo incondicionales y muy pocos por el bienestar general de las familias locales.
Y es que se debe entender que al ser la misma gata nada más revolcada cada cambio de administración municipal, no se avanza en el bienestar ni la buena atención de los ciudadanos en las oficinas municipales, lo que se traduce en permanentes malos servicios básicos en la población.
Lo ideal sería que al igual que los representantes de elección popular, todos los funcionarios públicos fueron electos mediante la consulta popular, que hicieran campaña y buscaran el apoyo de la gente para desempeñarse como directores de dependencias municipales.
De esta manera si no llegan a esos cargos la gente más capaz, cuando menos se tendrá como representantes en esas oficinas a personajes que son avalados por la mayoría de sus paisanos, y en caso de fallar, est os mismos podrían votar porque se les pusiera de patitas en la calle por ineptos.
Esos cambios eran los que la gente estaba esperando en esta ocasión, pero todo apunta a que se tendrá en Nayarit otra vez la imposición de servidores públicos a la vieja usanza del PRI, lo que evidencia la certeza de los dichos populares, como ese que señala que no hay justicia para el hombre honrado.