DEL EDITOR

arturoQUE HABLEN LOS HECHOS

      Estamos en verdad espantados por la situación de violencia y criminalidad que hay ahora en Nayarit, estado en que queda claro que tenemos ingobernabilidad, sin que resuelva nada el hecho que se echen la culpa el gobierno saliente y el entrante.

    Además, quien consuela a las familias de las víctimas, quien hace justicia a los padres de los ejecutados, a los esposos, pues han caído en esta lucha muchas mujeres; a las viudas y huérfanos que de pronto se ven solos en este mundo, o a la misma sociedad que vive en constante estado de terror. La mañana de este miércoles, los integrantes de la recién estrenada Cámara de Diputados pretendieron hacer comparecer ante esta legislación a los encargados de proteger a los nayaritas, o sea al que está al frente de la Fiscalía y al titular de Seguridad Pública en el estado y como un reto a esta comparecencia, horas antes se registraron otras dos arteras ejecuciones y una balacera en calles de la capital. En esta antes pacífica entidad, en la que el actual gobernador Roberto Sandoval Castañeda fue reconocido a nivel nacional por haber bajado a casi cero los índices de criminalidad y  delincuencia, por lo que Nayarit fue calificado como el estado más seguro de México, ahora se vive con temor de salir a las calles, pues también se han estado registrando “levantones”, asaltos y robos con violencia. A unos días del relevo en el gobierno del estado y los 20 ayuntamientos, la delincuencia está haciendo sentir su fuerza, esto al perecer para ejercer terror a los futuros alcaldes y al Jefe del Poder Ejecutivo que tomará protesta este 17 de septiembre, y bajo este clima de inseguridad someterlos a sus caprichos y conveniencia, pues pretenden adueñarse de la entidad para llevar a cabo con toda impunidad sus ilícitas y criminales actividades. Mucho se ha hablado de las estrategias que se deben utilizar las autoridades para someter a los delincuentes, debiendo reconocerse que ninguna de las que se han utilizado a la fecha han sido cien por ciento efectivas y solo lograron dar una tregua mientras que el ex fiscal Edgar “El Diablo” Veytia se convertía en amo y señor de Nayarit, teniendo él las riendas de las bandas criminales y de las del narcotráfico. Se dice que era la misma Fiscalía la que distribuía y controlaba la venta de droga en nuestra entidad, que no dejaba que entraran otras bandas delictivas sellando las fronteras del estado y quien ejecutaba contrarios, lo que bastó para que nadie osara pelear “la plaza” a quien, dicen las autoridades norteamericanas que lo están juzgando por delincuencia organizada y narcotráfico, era un verdadero demonio. Fue en esta época, durante el reinado de Edgar Veytia, en que hubo casi total tranquilidad en Nayarit, pues durante años era el señor Fiscal el que despojaba, secuestraba e imponía la ley tanto en los juzgados como en la sociedad civil, lo que comparado con el terror de estos últimos meses, era casi el paraíso para los golpeados nayaritas. Y es que son los hechos los que hablan y hacen añorar a muchos vecinos de Tepic los tiempos en que el ex fiscal delincuente sometía a oponentes y a todo mundo con medidas rígidas, con fuerza desmedida pero efectiva, por lo que aunque no cesaron los crímenes y las ejecuciones, el estado estuvo con mucha mayor tranquilidad y se evitó el derramamiento de tanta sangre. Hoy las familias viven bajo el miedo y el terror de que alguno de sus integrantes sean víctimas de los criminales, sobre todo en el municipio de Tepic y Xalisco, en los que no hay un solo día sin que se tenga que lamentar la muerte de varias personas, por lo que se asegura que en estos últimos meses se han contabilizado más de 800 ejecuciones, lo que habla de la gravedad de este problema que es de vida o muerte. Y este miedo de seguir teniendo víctimas mortales, nos hace clamar, a los habitantes de este estado, al Ejército, La Marina, fuerzas federales, al gobierno saliente o al entrante, que se pongan a trabajar de inmediato, que paren estas masacres y den seguridad y tranquilidad a la sociedad, ya que al ser rebasadas las autoridades por la delincuencia, dejan en claro que Nayarit es un estado fallido.

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