DEL EDITOR: PRIMERO LA SEGURIDAD

arturo       De verdad estamos espantados los nayaritas, ya que desde el pasado 19 de septiembre, martes por cierto, fecha en que tomó posesión de su cargo el gobernador Antonio Echevarría García, se incrementó la violencia en toda la entidad y más en la capital Tepic, donde se contabilizan decenas de personas ejecutadas, secuestros, balaceras y muchos heridos.

La guerra entre bandas rivales del narcotráfico y “la limpia” de elementos de los carteles, tiene ya meses en el estado, pues éste es peleado con enorme fiereza como “plaza”, pero en esta última semana los nayaritas hemos sentido mucho más violencia y criminalidad, lo que aterra en verdad porque los ciudadanos vivimos con mucho más miedo porque vemos amenazada la integridad de nuestras familias.

No hay ninguna justificación para tanta mortandad, menos aún para que la policía y los cuerpos de seguridad se vean altamente rebasados y tengamos tanta impunidad, además que se espera, por lógica, que la primera acción que tenía que llevar a cabo el gobierno del cambio que encabeza el joven empresario Antonio Echevarría García, era precisamente, la de parar esta ola de crímenes.

Y no se trata de denigrar a nadie, pues lo que quiere la sociedad nayarita es que haya paz, que nuestro guía en el estado, la persona en quien depositamos toda nuestra confianza para que nos gobierne, hiciera todo lo humanamente posible para que ya no hubiera víctimas mortales, pues aunque se diga que se trata de gente que anda enredada en bandas del crimen organizado, el pueblo se siente agraviado de que no haya el más mínima respeto por la vida de las personas.

Un crimen es una afrenta para un pueblo libre y amante de la paz como es Nayarit, y aunque entendemos que el gobierno del estado hace enorme esfuerzo para restablecer la seguridad pública, esto no es tarea nada fácil, ya que se enfrenta a criminales que no se tientan el corazón para arrebatar la vida de sus semejantes, lo que ha sucedido ya en repetidas ocasiones cuando cae abatido un policía, militar o funcionarios del gobierno que se cruzan en el camino de los delincuentes.

Las nuevas autoridades ya han tomado cartas en este espinoso asunto y se presume que andan elaborando una estrategia que les permita parar los asesinatos y detener a los criminales; se busca que haya otra vez paz en Nayarit, que se vuelva a decir que somos un estado seguro para que vengan empresas y fuentes de empleo a la entidad.

Además, hay total confianza de la población en el nuevo gobierno, entendiéndose que se deben ver otros problemas que aquejan a las familias de nuestra localidad, que se debe ir también en contra de los corruptos ex funcionarios a los que se les ha sorprendido con bienes estatales que se robaron, que la gente pide se les meta a la penal, se les castigue y se les obligue a devolver el hurto cometido al patrimonio de los nayaritas.

Como dijo Toño Echevarría en su toma de posesión: “Nadie debe estar por encima de la ley”, por lo que se debe investigar, detener y procesar a los políticos delincuentes de la anterior administración estatal y a quienes robaron hasta hartarse en los municipios.

El campo e infinidad de familias de nuestra entidad despojadas de sus bienes también reclaman justicia y piden que se aplique todo el peso de la ley a ex funcionarios públicos de los que las nuevas autoridades tienen nombre y apellido.

Todo esto y mucho más debe hacer el nuevo gobierno de nuestro estado, al que se le pide como acción inmediata, el que se detenga ya el derramamiento de tanta sangre, que ya no tengamos ninguna noticia sobre muertos, ejecutados, persecuciones y balaceras en las calles de ninguno de nuestros pueblos.

Los nayaritas, en su totalidad, vamos a reconocer al gobierno del estado por parar estos constantes baños de sangre, los que en verdad nos dan miedo y provocan el dolor de miles de familias, pues al igual que los policías y los militares, quienes son ejecutados por estar metidos en negocios sucios del narcotráfico, tienen padres, hermanos, hijos y muchas personas que lamentan y se duelen de que acaben siendo asesinados de la manera más vil y cobarde, y que encima de esto, haya impunidad para sus verdugos.

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