DEL EDITOR: EN UN TÉTRICO HOSPITAL

 

HOSPITAL    El pasado miércoles 24 de octubre del presente año, nos preparamos para llevar a mi madre, Ramona Mejía Tapia, a su cita de rutina con su cardiólogo, esto en la clínica del ISSSTE en Tepic y mientras ella se arreglaba, pues pese a sus casi 95 años de edad gusta de vestir bien y andar debidamente aseada, mi hermano Toño y quien esto escribe, salimos de nuestra casa materna en Tuxpan para ver a mi sobrino Lupe para ponernos de acuerdo en el traslado que sería en su auto.

Tardamos algunos 45 minutos, pues encontramos a nuestro paso a otros amigos que nos entretuvieron platicando y al regresar por nuestra madre, nos llevamos desagradable sorpresa al encontrarla tirada en el suelo y pidiendo auxilio, pues se levantó de la silla en la que la dejamos y tuvo la desgracia de caer al suelo.

De inmediato pedimos el auxilio de un auto de sitio por teléfono, el cual llegó en cuestión de minutos y como pudimos la subimos al vehículo y el chofer se abrió paso por las calles de nuestro pueblo para llegar lo más rápido posible al hospital civil, en el que nos recibió el joven doctor Pauter Ulloa, hijo de nuestro amigo el profesor Pablo Gilberto Pérez Ulloa, quien luego de revisarla y atenderla ordenó que la lleváramos de inmediato al Hospital de Tepic, ya que presentaba síntomas de padecer grave fractura de cadera.

En la ambulancia de esa institución, el joven José Manuel Zazueta, nos trasladó de urgencia a la capital del estado donde llegamos en poco más de una hora, ordenando los médicos de inmediato se sacaran radiografías a la lesionada, la que arrojó que en verdad tenía grave lesión en la cadera y fémur del lado izquierdo.

Ese mismo día la pasamos en la sala de urgencias, a donde ingresó un alto funcionario del gobierno y como fueran muchos de sus subalternos a acompañarlo, la jefa de enfermeras les pidió que se retiraran, pues en el hospital ella era la responsable de los enfermos y ahí no valía el más mínimo influyentismo.

Pasaron las horas y casi dos días después, nuestra madre fue pasada a una cama del hospital, en un cuarto donde se encontraban varias mujeres fracturadas como ella.

Los integrantes de la familia Flores Mejía, estuvimos al lado de nuestra madre día y noche, pues los médicos discutían lo peligroso que era operar a una mujer de 94 años, con problemas crónicos de diabetes, hipertensión, enferma del corazón y pulmón fibroso, por lo que su operación se estuvo posponiendo día y noche, por semanas.

En nuestros momentos de descanso y curiosos como somos los periodistas, entrevistamos a los guardias de seguridad, los que resultaron ser, pese a su aspecto férreo, personas que sufrían y soltaban una lágrima cuando alguno de los pacientes fallecía, explicando uno de estos trabajadores que lo más difícil para ellos era entregar los cadáveres, pues tenían que entrar a la morgue con algún familiar para identificarlo.

Estuvimos viendo cómo sufre la gente que tiene enfermos en un hospital, ya que los tiene que cuidar y comparten con ellos su sufrimiento de días y noches enteras, habiendo pacientes que sufren de dolores tan intensos que lloran por horas pidiendo que les den algo para mitigar su dolor.

Nos enteramos de la solidaridad de una familia numerosa que cuida a su madre postrada en cama desde hace seis años, a la que prestan todo tipo de atenciones por grave cuadro de neumonía, escuchamos historias de que en estos cuartos se anidan bacterias sumamente peligrosas con las que tienen que lidiar los pacientes, sus familiares y el personal que ahí labora, el cual, demostró en nuestro caso, ser sumamente humano y sensible.

Finalmente, fue la tarde de este miércoles 8 de Noviembre, cuando nuestra madre fue intervenida quirúrgicamente, colocándole, los médicos una prótesis de cadera, sorprendiéndoles la fortaleza de la longeva dama, la que de inmediato se puso en recuperación dentro del mismo hospital en el cual tuvimos que permanecer aún por 5 días con sus noches y en el total de 21 días que estuvimos en este lugar, vimos y nos enteramos de casos de la vida real que superan en mucha la ficción del mejor escritor del mundo, lo que seguiremos narrando en este mismo espacio, pues por ahora nos enfocamos en la atención de nuestra heroica progenitora.

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