Desde la época anterior a la Revolución Mexicana, no habíamos tenido en nuestro país una campaña política tan violenta como la que estamos viviendo en este 2018, ya que en lo que va del presente proceso que aún no culmina, se han contabilizado en más de 100 los crímenes relacionados con esta actividad supuestamente democrática.
En el fragor de esta campaña que debe ser totalmente civilizada, han sido abatidos desde dirigentes de partidos hasta un candidato a diputado federal, lo que habla del total desamparado en que se encuentran en la actualidad la clase política, la que en el pasado era casi sagrada y por lo mismo, el que cayera uno de ellos abatido, se consideraba el más grande de los magnicidios, y ahora, el asesinato de quienes buscan un cargo de elección popular, se le ve como normal y además se da impunidad a los criminales cuando se le relaciona con actividades de la delincuencia organizada.
En la recta final de la campaña política que culminará dentro de muy pocos días, esto con el proceso electoral del domingo 1 de julio, para ser exactos, el gobierno federal en coordinación con los gobiernos estatales y los municipales, deben garantizar que habrá seguridad para todos los ciudadanos que participaremos en ese proceso de designación de nuestros representantes populares, y lógicamente, salvaguardar la integridad física de todos los candidatos, muchos de los cuales ya no están físicamente en este mundo, y no sabemos tampoco si quedaron sus nombres y fotografías impresas en las boletas electorales, esto como testimonio histórico de la enorme violencia que hemos padecido los mexicanos en la que podemos considerar ya como la más sangrienta de las campañas políticas que hemos tenido en nuestro país.
Quienes nos dedicamos a la actividad periodística, sabemos de la fuerza que tiene el estado mexicano, el cual fácilmente puede acabar con los grupos de delincuentes que han asesinado a tantas figuras públicas, por lo que solamente se entiende el que sigan cometiendo sus aberrantes acciones con la complicidad y protección de las mismas autoridades.
Incluso se ve que en la mayoría de estos crímenes de políticos, la autoridad encargada de brindarles protección y seguridad ni siquiera tuvo la precaución de tomar medidas de prevención para evitar que fueran blanco fácil de los criminales, los cuales llegaron con total tranquilidad a sus domicilios o vehículos para arrebatarles la vida.
En estas dos últimas semanas de actividad en las campañas políticas, los cuerpos de seguridad se deben comprometer a no permitir, bajo ningún pretexto, el que se atente contra la vida de ningún dirigente de partido, candidato o gente relacionado con esta actividad, esto para que se mande un mensaje a la población de que habrá una jornada electoral totalmente segura, que en todo el territorio nacional se salvaguarda la vida de los mexicanos y que se puede ir con seguridad a emitir nuestro sufragio.
La autoridad debe garantizar que habrá votaciones en paz, que no se permitirá ni siquiera el que se altere la tranquilidad que debemos tener para elegir libremente a nuestro próximo presidente de la República, a los Senadores, Diputados Federales, gobernadores en 9 estados y decenas de miles de representantes municipales en todo el territorio nacional.
Si bien todo este proceso político se ha visto bañado con sangre, al final del mismo debe imperar la seguridad, tanto para quienes se inscriben como candidatos como para la población civil, teniendo esta última que exigir a quienes resulten ganadores, que deben resolver a la mayor brevedad posible el problema de la violencia y la criminalidad, pues el crimen organizado les ha mandado un mensaje en el que les hace saber que les resulta sumamente fácil acabar con su existencia y que a base de terror y violencia, van a buscar apoderarse de más territorios en todo los rincones del país en los que ya están haciendo valer la ley del más fuerte.