“¡El Pueblo, Unido, Jamás Será Vencido!”, dice el populacho cuando participa en algún movimiento de repudio popular, lo que es una gran verdad, pues los mexicanos ya comprobamos, en el pasado proceso electoral del 1 de junio de este 2018, que las mayorías pueden lograr cualquier cambio en nuestra sociedad.
Esto viene a nuestra mente ahora que los usuarios de la Comisión Federal de Electricidad en los municipios de la costa norte de Nayarit, se han unido para protestar por los altos y arbitrarios cobros que les hace esta empresa del gobierno, la que al igual que Pemex, eleva continuamente sus tarifas en detrimento de la economía de todas las familias que habitan esta región que se debe señalar, en tiempos de lluvias se colapsa totalmente su economía, ya que esta depende del campo y las labores en el mismo, pero cuando llueve, no hay actividades agropecuarias.
Dicho de otra manera, no hay dinero y por lo mismo, para decenas de miles de familias les es imposible el cubrir el adeudo de un recibo de 500 pesos o más, además que estaban acostumbrados a pagar bimestres de solo 100 o más pesos, y de un tiempo a la fecha todo cambió, pues cobran ahora cada mes y las tarifas se multiplicaron en mucho.
Un ejemplo de la elevación de la tarifa por consumo eléctrico, es el caso de la familia Flores Nugaray, a los que les llegaba un recibo bimestral por 600 pesos, pasando de ahí a cobrar esta misma cantidad pero cada mes y de repente, de golpe y porrazo, este último mes llega de casi 1,200 pesos, o sea una elevación del 400%.
Se dan casos aún más terribles, ya que existen personas sumamente humildes que tienen en su hogar un simple refrigerador, indispensable en esta región para guardar algún alimento; un abanico eléctrico, dos focos y ya, teniendo exigencias de pago por la CFE de hasta más de mil pesos, lo que les resulta imposible de cubrir, o si lo hacen, tienen que dejar de consumir alimentos o comprar medicinas por algunos días.
También se llegó al extremo de que al no poder pagar los recibos a tiempo, cuando estas personas iban a cubrir el adeudo se les hacía saber que ya no era la misma cantidad, que se había elevado porque la reconexión, se haya cortado el suministro o no en sus humilde hogares, les costaba un poco más de 80 pesos.
Hubo personal de esta empresa, que se dice es de clase mundial, que trataba a los usuarios con la punta del pie, pues eran sumamente groseros y poco o nada les importaban las súplicas de personas que les hacían saber que venían de alguna comunidad lejana, que tan solo el ir y regresar de la misma les implicaba pagar más de 100 pesos.
Fue tantas veces el cántaro al agua, como dice el dicho popular, que la gente se hartó, se organizó medianamente y se lanzó a protestar tomando oficinas de la CFE, exigiendo cobros justos por el suministro de electricidad en sus hogares o negocios muy humildes, como son las tiendas en comunidades, ejidos y barrios populares, pues los dueños de los mismos se han visto obligados a cargar la alteración de cobros de los recibos de la CFE al público, habiendo también de la noche a la mañana, aumentos de muchos alimentos básicos.
Como sucede con el aumento desmedido de los combustibles para transportar mercancías, las que se encarecen al público que es quien paga finalmente, con las altas tarifas por consumo de la luz está sucediendo algo similar y en las circunstancias en las que vivimos la mayoría de los nayaritas resulta hasta criminal que la multicitada empresa nos esté exigiendo tanto dinero, sobre todo a las familias que se encuentran en condiciones de extrema pobreza y a la gente del campo que se encuentra desempleada y sin ingresos económicos en estos meses del año.
Este movimiento que en un momento involucró incluso al gobernador Antonio Echevarría García, tiende a crecer y como el de los productores de frijol, no se podrá detener a menos, claro, que la autoridad competente tome cartas en el asunto y haga justicia a los indefensos consumidores de energía eléctrica de esta región.