La verdad, nos sentimos mal y sumamente avergonzados los nativos del estado de Nayarit al ver que nuestra capital, Tepic, está considerada, a nivel mundial, como una ciudad sumamente violenta, en la que se cometen muchos crímenes y cotidianos delitos.
Por décadas, la capital de nuestro estado fue apacible pueblo, en el que se podía transitar a pie de día y noche sin que se tuviera el menor problema, menos agresiones, asaltos, robos y hasta crímenes sumamente violentos.
Nos consta porque en Tepic trabajamos por décadas y nuestra labor la hacíamos de noche, ya que había que entregar periódico muy temprano a los voceadores, todos los días, por lo que a las cinco de la mañana ya nos estaban apurando porque querían salir a las calles a hacer la entrega a su clientela.
Nuestro domicilio estaba por la calle Zapata casi esquina con Flores Magón, y a pocos metros, comenzaba el terreno del ejido El Rodeo, habiendo total tranquilidad y respeto para todas las familias, mismas que no apreciábamos la paz que disfrutábamos entonces porque nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde.
En estos tres últimos gobiernos estatales, la delincuencia ha ido ganando mucho terreno en Nayarit, principalmente en Tepic, en donde se han cometido toda clase de crímenes y los delincuentes tienen ofendida a todas nuestra sociedad, ya que no tienen respeto por nadie ni nada, lo que nos obliga, como nayaritas, a hacer permanente protesta, exigiendo que se solucione este grave problema que incluso atenta contra la vida propia y de todas las familias.
Y es que es tanta la violencia y criminalidad que hay en nuestra entidad, que de acuerdo con algunos filósofos, las actuales generaciones estamos muriendo poco a poco, ya que nuestra existencia se basa en la convivencia con nuestros semejantes que nacieron en nuestra misma época, y al ir muriendo éstos, parte de nuestra vida misma se va acabando.
Tal es el caso de quienes hemos sobrevivido ya muchos años, pero que hemos sido testigos de cómo se han ido muriendo la mayoría de nuestros amigos y muchos familiares, y a no pocos de éstos, les han quitado la existencia los criminales sin que tengamos siquiera el consuelo de ver tras las rejas a sus asesinos.
Incluso fuera de nuestra capital, en poblados sumamente pequeños, como es el caso de Ruiz, lamentamos la pérdida de cientos de vidas, mismas que fueron arrebatadas de manera violenta por criminales que jamás han sido aprehendidos.
Tepic suma miles de víctimas en tan so0lo una década, lo que es verdaderamente terrorífico, ya que se trata de un pueblo pequeño con poco más de 200 mil habitantes.
Este comentario es totalmente actual porque ahora, con la aprobación de la Guardia Nacional en los 32 Congresos estatales que hay en el país, Tepic debe contar ya con una estrategia para devolverle a la brevedad posible la paz y seguridad perdida, sabiendo de antemano que lo que perdimos durante los pésimos gobiernos del PAN y el PRI, es ya irrecuperable, pero si se puede lograr el regreso de la tranquilidad para todos los nayaritas.
Requerimos de una fuerza policiaca que detenga a los criminales, que acabe con la delincuencia y combata con eficacia el que se sigan generando toda clase de delincuentes por las condiciones en que viven en la actualidad la mayoría de las familias humildes.
Desde siempre hemos entendido que para tener paz en los pueblos, no se requieren de muchas armas o cárceles, si no el que se tengan muchas escuelas y fuentes de empleo, que se haga justicia a los pobres, que no se les abandone a su suerte al negarles incluso la oportunidad de tener una vida normal en el campo o la ciudad.
El deterioro social, desempleo, desintegración familiar, miseria y la ausencia de valores morales, hundieron nuestra sociedad y con ello se vino una violencia y criminalidad desmedida, por lo que ahora vemos que el gobierno federal y estatal van en el camino correcto, pues se da apoyo y oportunidad a todas las familias, se destinan más recursos al campo y al mismo tiempo se cuenta ya con una gendarmería que irán con todo en contra de quienes han masacrado a nuestro pueblo, a los que queremos ver tras las rejas..