Está en boca de todos los mexicanos, el enorme fraude que se detectó en Pemex, empresa de la que aparte de robarse enorme cantidad de petróleo, los ex dirigente cometieron grandes desfalcos, de muchos miles de millones de pesos, por lo que ya el gobierno de Andrés Manuel López Obrador actuó en contra del ex director de la empresa paraestatal Emilio Lozoya y uno de sus principales cómplices, el director de Altos Hornos de México, Alonso Encina.
Sin investigar tanto, se comprobó que en el sexenio del presidente Enrique Peña Nieto, ambas empresas realizaron un sinfín de contrataciones y compras fraudulentas, los que les hizo ganar, a los corruptos dirigentes de las mismas, cientos de millones de dólares, por lo que el gobierno mexicano procedió a incautar las cuentas bancarias de estos personajes.
La cuestión es que en México se vive la corrupción a gran escala desde hace muchas décadas, ya que los funcionarios ladrones son alentados por el mismo sistema gobernante que hemos padecido, el que se basa en la explotación de la población y los recursos naturales de nuestro país, por lo que hoy que el presidente López Obrador ataca a los corruptos y pretende llevar a cabo la Cuarta Transformación de México, debe comenzar por declarar un cambio radical de sistema político.
En el capitalismo, que es el sistema gobernante en México, se da todo el poder a los empresarios, los que sabemos son personas que se han enriquecido explotando a los trabajadores, por lo que éstos no van a cambiar de la noche a la mañana, y menos, convertirse en samaritanos que vean por el bienestar de sus semejantes.
La gran mayoría de todos los ex funcionarios federales, gobernantes de los estados y alcaldes del país, han participado en actos de corrupción en diferente escala, todos han actuado en contra de los ciudadanos y por lo mismo, a muchos de sus gobernados no les dejaron más opción que seguir su ejemplo, dedicándose a actividades delictivas ampliamente productivas, como narcotráfico, secuestro, robo, etc.
Por eso es sumamente fácil detectar ahora a grandes delincuentes que se ampararon por años como funcionarios de la federación, del estado o los municipios, siguiendo muchos de ellos metidos en los negocios del robo de combustible, narcotráfico, secuestro o viviendo de las enormes fortunas que lograron amasar cuando estuvieron al frente de alguna empresa federal, como gobernante estatal o alcalde.
Se dice por eso, sin exagerar, que de comenzar a encarcelar a todos los corruptos y ladrones ex funcionarios en el país, se hará necesario la construcción de muchas penales, pues las que ya existen son insuficientes para tanto ladrón y criminal que medró en la política.
Otra situación que se debe considerar, es que de quitarles a estos delincuentes las fortunas que se han robado, en México vamos a tener dinero de sobra, pues lo que han sustraído de Pemex, es lo mismo que hicieron en todas las dependencias, lo que salió a relucir ahora que el gobierno federal buscó abastecer directamente a través de la Secretaría de Hacienda el sector salud de medicinas e insumos.
Se sabe que todas las licitaciones para la compra de medicamentos y material de curación fueron tramposas, que hay sobre precio en todo y que los empresarios en esta materia sobornaron con muchos millones de pesos a los funcionarios responsables de procurar la salud y el bienestar de todos los mexicanos.
Y es que no debemos olvidar que los funcionarios, políticos y empresarios que nos han gobernado en México en el sistema capitalista, tienen como lema que “el que no tranza, no avanza”, y por lo mismo ya hemos comprobado que se han dado casos de corrupción hasta en el gobierno de la Cuarta Transformación que tiene solo unos cuantos meses al frente del país. Y es que para acabar con los males que producen los gobiernos capitalistas, es necesario implantar otro régimen diferente, como es el socialismo, llevando de paso como funcionarios, a obreros intelectuales o especialistas para ponerlos al frente de las empresas que son propiedad de la Nación, y mientras esto no suceda, solo estaremos viendo relevos de bandoleros en los tres niveles de gobierno.