Desde hace más de dos década, se incorporó al DIARIO CORREO DEL PACIFICO, nuestro amigo y colega Alejandro “Alex” Aréchiga Gallardo, quien siempre se mostró con enorme deseo de dedicarse a las actividades periodísticas, pero por cuestiones económicas, como mucho de nuestros paisanos, tuvo que emigrar a los Estados Unidos, desde donde estuvo en contacto con periódicos de su pueblo, los que entregaba a sus paisanos que radicaban, como él, en la Ciudad de Los Ángeles, California.
La gran pasión que mostrara por el periodismo toda su larga vida este tuxpense destacado, nos hizo reflexionar en lo noble de esta actividad, la que sin embargo suele no recompensar a quienes nos dedicamos a la comunicación y si hay quien lo dude, recordemos cómo, tan solo en el municipio de Tuxpan, han sido muchas las personas que han aportado grandes esfuerzos al periodismo escrito y radiofónico y no hay una sola huella de su paso por esta destacada labor, pues no se tiene una sola calle o lugar público con su nombre.
Recordamos, al señor Salvador Herena Benites y sus hijos, familia Herena Mora, con su estación de radio XEUX, a través de la cual se dieron importantes noticias a esta región de la costa centro de Nayarit, y las primeras personas que conocimos que plasmaban sus ideas en medios escritos, como Chonito Barrón, Teodoro Araiza, Salvador Chévez Mena, el Teniente Antonio Navarro, Francisco González Patrón, el popular “Medio Pollo”; Juan Galaviz Fernández, Toño Galaviz Partida, Epifanio “El Gordo Pifas”, León Cota Gallardo, Esaú Amezcua, Gregorio Estrada, Salvador Guardado Negrete, Gonzalo G, Langarica, Guillermo Ibáñez López, Silvia Monreal Pérez, David Ramírez Orozco, “Porfirito”, Ernesto Rivera Herrera, Lic. José Augusto Araiza y su hijo Nayar, y en el caso de nuestro medio informativo, a nuestro padre Gabriel Flores Flores, a Toño Flores Mejía y en los nuevos relevos a los hermanos Ara y Gabriel Flores Nungaray.
Muchos de estos personajes ya han fallecido y aunque dedicaron gran parte de su vida a esta actividad dejando enorme legado periodístico, jamás se les ha reconocido por ninguna autoridad o gobernante, situación que prevalece en todos los municipios del estado de Nayarit, en el cual, quienes han detentado el poder político, no han dado reconocimiento a los periodistas, menos a los de provincia, los cuales como nuestro compañero Alejandro Aréchiga, poseen enorme cúmulo de sabiduría y grandes conocimientos sobre hechos trascendentales de nuestra historia.
En la actualidad, se han colado al medio periodístico personas totalmente ajenas a esta actividad, las que consiguen reconocimiento como parte de este gremio a base de chismes mal escritos en las redes sociales, a través de los cuales no aportan nada y solo despiertan el morbo de manera momentánea al postear hechos violentos, accidentes o crímenes, por lo que en vez de educar perjudican a la sociedad.
Los periodistas siempre han tenido que hacer un sinfín de actividades ajenas a esta labor intelectual para sobrevivir, ya que los políticos y más los malos gobernantes, lo primero que hacen al llegar a una presidencia municipal o al tomar las riendas del gobierno del estado, es quitar apoyos económicos a quienes consideran no son sus amigos, metiendo en la nómina a incondicionales que de esa manera se llevan el poco dinero que se destina a la comunicación de las actividades de los gobiernos locales y estatales, el cual debería apoyar a los medios de comunicación en activo y a quienes laboran en los mismos.
Ese desprecio manifestado en la falta de apoyo a las personas que hacen grandes esfuerzos para sostener un medio de comunicación, lo vemos reflejado en nuestro entorno, en el que las personas que elegimos como representantes, borran toda huella del paso por esta vida de los comunicadores, más si en alguna ocasión fueron blanco de sus críticas por el mal desempeño de sus gobiernos, o como se ha hecho en infinidad de ocasiones, que los exhiban por ladrones y corruptos, y en represalia, la misma autoridad ha pretendido borrar de la historia de nuestro estado y municipios, la labor de personajes valientes que esgrimieron la pluma en defensa de la sociedad, amparados en la libertad de expresión que pocas veces ha sido respetada.