Muy triste es el panorama que sigue prevaleciendo en la ciudad de Tuxpan, donde se tuvo devastadora inundación que provocó enorme daño a miles de viviendas, destruyó empedrado y calles, afectó los sistemas de agua potable, drenaje y dejó enorme contaminación y perdidas total a familias que prácticamente lo perdieron todo en esta tragedia.
Son ya casi ocho meses de aquél fatídico miércoles 24 de octubre, luego que se impactara en los límites de Nayarit y Sinaloa el huracán “Willa”, esto un día antes, el martes 23, se tuvo el desbordamiento de los ríos Acaponeta y San Pedro, siendo Tuxpan una de las ciudades más afectadas, pues en esta ocasión, las embravecidas aguas entraron a miles de casas, llegando hasta los techos y lógicamente llevándose el patrimonio de más de 12 mil habitantes de esta población.
Casi de inmediato, llegaron personas de todo el estado y de otras entidades a dar ayuda a los damnificados, no solo de este lugar, si no de la región del norte de nuestra entidad, y hubo quienes no teniendo más que aportar, estuvieron ayudando a las autoridades a limpiar calles y casas, pues fueron miles de toneladas de basura, lodo y contaminantes los que quedaron dentro de las viviendas y en la vía pública.
Fueron muchos los días que se estuvo recibiendo ayuda de decenas de miles de personas altruistas y luego de dejar la ciudad de Tuxpan más o menos habitable, se retiraron los cuerpos de auxilio del gobierno federal, estatal y municipal, siguiendo las labores de limpieza el ayuntamiento a cargo del doctor José Octavio Olague Avena, quien incluso tuvo por muchos días cuadrillas que estuvieron ayudando a las familias a acabar de sacar lodo y tierra de sus casas.
Desde hace un par de meses, al parecer, descendió la actividad de limpieza en todo este pueblo, lo que se refleja ahora con las primeras tormentas, pues el agua de lluvia volvió a sacar el lodo que se mantuvo secó durante todos estos meses.
Otro de los graves efectos de la devastadora inundación de ese 24 de octubre, es la miseria que priva ahora en este lugar, en el que no hay empleo en la actualidad, por lo que se nota la ausencia de dinero circulando en el comercio, habiendo tiendas vacías, incluso el mercado municipal a donde siguen acudiendo muchas familias a adquirir sus alimentos todos los días.
Y si ese panorama desolador se ve en el centro del pueblo, en las colonias y barrios marginados hay infinidad de escenas de abandono terribles, debiendo señalar que para revertir esta situación no bastan los recursos que tiene el ayuntamiento local, pues se requiere de hacer infinidad de reparaciones en todas las calles del pueblo, meter dinero a miles de casas que están afectadas y proporcionar ayuda inmediata y en efectivo a cerca de 10 mil tuxpenses que fueron marginados de los apoyos que envió casi de inmediato el gobierno federal encabezado por el Presidente Andrés Manuel López Obrador.
Y es que en esta tragedia, la corrupción que ha denunciado una y otra vez el Presidente Obrador estuvo presente, lo que hizo que intervinieran personajes de la política de todos los partidos y a base de triquiñuelas lograron que fueran apoyados miembros de familiares de funcionarios que no fueron afectados, como el caso de un regidor apodado “Chupagua”, incluso gente incondicional del derrotado PRI y otros cercanos a políticos mañosos que con tráfico de influencias lograron que algunas familias recibieran hasta en tres ocasiones los apoyos federales, habiendo incluso mano negra en la entrega de recursos a agricultores y ganaderos, esto por intromisión del comisariado ejidal Máximo Galván, quien niega documentación a gente afectada que no le da dinero.
Dicen que el hambre es muy mal consejera, de ahí que ya es urgente que se resuelva la problemática de abandono y retraso que se tiene en el municipio de Tuxpan y sobre todo en la cabecera municipal, en la que se corre el peligro de que jóvenes desesperados por tanta adversidad, busquen una salida aparentemente fácil, o que emigren hacia otros estados o fuera del país, lo que seguirá llenando de dolor y luto esta ciudad que merece una mejor suerte