CAMBIOS RADICALES POR COVID-19.

     Definitivamente el mundo cambió luego de la propagación del Coronavirus que infecta a los seres humanos de Covid-19,  enfermedad que en poco  tiempo se volvió pandemia y obligó a todos los países a tomar medidas de protección para su población y aun así, la mortandad sigue  y ya son más de un millón de seres humano que han perdido la vida por este virus de rápida dispersión y contagio.

       En pueblos provincianos como los que hay en Nayarit, los cambios apenas son perceptibles para la población, la que sin embargo, nota que de la noche a la mañana faltan muchas personas que sobresalían en la sociedad local, que ahora se les impide la entrada a comercios a niños y gente mayores de edad, que se tiene vigilancia a la entrada de algunos poblados, que no abren muchos negocios que eran tradicionales y que los que operan, lo hacen acatando ciertas disposiciones de la autoridad.

      Estos cambios, algunos pasajeros y otras definitivos, son una respuesta a la emergencia que vivimos, debiendo entender quienes tenemos la fortuna de estar sanos, que las autoridades buscan protegernos para que no nos contagiemos con este Coronavirus, enfermemos o fallezcamos, por lo que deberíamos seguir practicando estas medidas sanas, las cuales abandonamos una vez que termina una emergencia sanitaria, como fue la vacunación para prevenir otros males que ahora mucha gente rechaza.

    Incluso  algunas medidas que se toman cuando hay crisis de salud son benéficas, como sucede con los sistemas hospitalarios, pues cuando se requirió dar atención y hospitalizar a cientos de miles de mexicanos infectados de Covid-19, el gobierno se dio cuenta que los centros de salud que había en nuestro país eran insuficientes para dar atención a millones de mexicanos que demandaban servicios médicos, internamiento y medicina.

        Ante esta realidad, las autoridades de salud se dieron cuenta que el  retraso que se tenía en esta materia vital para preservar la vida de las familias mexicanas representaban una condena de muerte para decenas de miles de compatriotas que estaban siendo infectados por esta pandemia, teniendo que  trabajar el gobierno federal a marchas forzadas para poder atender esta demanda, por lo que una vez que se supere la crisis, es posible que tengamos más hospitales, personal médico suficiente y medicamento.

       Otra medida que no debe desaparecer jamás, es la que tiene que ver con la higiene, pues siempre debemos protegernos para no contaminarnos o contagiarnos, debiendo evitar en el futuro besos, saludos de mano, lavarnos las manos constantemente y antes y después de comer o ir al baño.

      Se debe evitar estornudar directamente en público y si trabajamos en lugares donde tenemos contacto con la gente, bañarnos al llegar a nuestro hogar, utilizando cubre boca, sana distancia y evitando en lo más posible el contacto con otras personas.

       La pandemia también nos obligó a estar más tiempo recluidos en nuestras casas, acabando de paso con reuniones masivas, tantos en festejos como en eventos políticos o deportivos, lo que hasta cierto punto también beneficia a la sociedad, aunque eso conlleve el que se dejen de realizar, también, lucrativos negocios.

       Definitivamente, el mundo, nuestro país, el estado y nuestros municipios ya no son los mismos de antes, ahora muchas cosas han cambiado, unas para bien y otras para mal, pero lo que más extrañamos, es a la gente que ha muerto en esta etapa crítica de salud, pues la mayoría de las víctimas fueron personas mayores de 60 años, todos personajes sumamente conocidos en nuestra sociedad.

       Sin embargo, la lección más grande que nos está dando esta enfermedad, es lo frágil que somos los seres vivos ante un simple virus, el cual es invisible a la vista, pero el que aun así afectó severamente a los gobiernos más poderosos del mundo, debilitó las economías más fuertes y acabó, en un dos por tres, con la vida de personas que se sentían seres superiores e inmortales, lo que nos debe hacer mejores seres humanos y respetar la naturaleza y sobre todo, entender que no hay enemigo pequeño, ya que una simple infección nos puede llevar directamente a la tumba.

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