Todo mundo sabe que los mexicanos, ávidos de diversión luego de un encierro prolongado por la pandemia de Coronavirus que nos enferma de Covid-19, aprovechamos la oportunidad que nos dio el que volviera, en la mayor parte del territorio nacional, el semáforo verde de la emergencia sanitaria, lo que nos indicó, según hicieron saber las propias autoridades de Salud y el gobierno federal y estatal, que ya podíamos salir a relajarnos en esta temporada de vacaciones de la Semana Santa.
Por esta razón, la mayoría de los destinos de playa, en toda la costa de México, se vio saturada, pues hubo millones de familias que aprovecharon la oportunidad de salir del obligado aislamiento de más de un año, y divertirse en esos lugares como enanos en un circo, como suele decir la gente de nuestro pueblo.
Obviamente muy pocas personas siguieron los protocolos de salud que todavía están vigente, ya que el coronavirus ha mutado y ya hay presencia de otras variantes en el territorio nacional, aunque se debe señalar que los contagios de Covid-19 en México han bajado en su porcentaje y no han desaparecido, ya que se siguen presentando muchos enfermos a los hospitales y el número de fallecimientos por esta enfermedad continúan, por lo que a la fecha, hemos rebasado con muchos, los 200 mil decesos.
El lado bueno de estas pasadas vacaciones, es que fueron un éxito en lo económico, ya que incluso en las playas cercanas a nuestros pueblos, en los ríos, se llevaron a cabo eventos en las que hubo un gran consumo de bebidas alcohólicas y las familias que no fueron a la costa del mar, realizaron muchas compras en el comercio local, lo que ya era necesario, pues le economía de muchos micro empresarios y comerciantes humildes, estaba por los suelos.
En nuestros pueblos provincianos de Nayarit, fuimos testigos de que, como en los buenos tiempos, muchos de nuestros paisanos aprovecharon las vacaciuo9nes para volver a sus lugares de origen y como muchos de estos migrantes radican en los Estados Unidos o son profesionistas que gozan de fortuna en otros estados de la< República, llegan con buenos pesos a gastar e invitar a sus amigos, muchos de los cuales no han visto en más de un año que les fue difícil regresar, pues hubo una gran restricción para salir de viaje en lo que se consideró el tiempo más duro de los contagios de Covid-19.
El que se haya regresado al semáforo verde de la pandemia, hizo posible el que se abrieran al público todos los destinos turísticos del país y debemos reconocer que a todos asistieron millones de compatriotas y muchos extranjeros, lo que se evidencia en los programas noticiosos de la televisión en los que también se pone de manifiesto que muy pocas personas llevaron a cabo, durante estas vacaciones, las medidas de prevención de contagios, sobre todo con el uso del cubre boca y el mantener sana distancia.
Como se nos ha explicado una y otra vez, en el caso de las infecciones de este Coronavirus, los contagiados suelen durar días en presentar los síntomas y ya con Covid-19, se presentan muchas defunciones, razón por lo cual, es posible, que los efectos en la salud de decenas de miles de compatriotas, se presenten dentro de una semana o más de la culminación de la Semana Santa.
Como quiera que sea, aún en el caso que se hayan presentado pocos contagios de Covid-19 en estos días en que disfrutamos de las playas del mar, ríos y el calor de nuestra tierra, además de que se dice que para los pobres no hay gloria, ahora entramos de lleno a las camp0añas electorales, las que arrancaron hace un par de días los candidatos a gobernar el estado de Nayarit, que no son pocos, ya que se habla de 4 hombres y 4 mujeres que ya andan trabajando duro con ese propósito.
Y como para los pobres no hay gloria, muchos de quienes gozamos estas vacaciones en las playas y no nos enfermamos, tendremos que pasar por el proceso electoral, en los que hay reuniones masivas, concentraciones y contacto con cientos o miles de personas, las que también son un peligro latente de infección y muchos ciudadanos es lo único que vamos a conseguir de los políticos y partidos, el padecer los efectos del Covid-19, mal que dicen quienes la han padecido, que deja severas y dolorosas secuelas.