DEL EDITOR: QUE HAYA BIENESTAR.

El presidente de la República, licenciado Andrés Manuel López Obrador, entregó el Tercer Informe de Gobierno y envió un mensaje a la Nación, en el cual, le sobra el optimismo que compartimos la mayoría de los mexicanos.

Y es que han sido muchas décadas de enorme sacrificio para las familias pobres de México, a las que se nos explota a más no poder, y han sido  tantos los abusos que en la actualidad, de no haber llegado López Obrador a la Presidencia de la República, ya tendríamos fuertes manifestaciones de completa inconformidad, debiendo reconocer la misma clase gobernante de nuestro país, que los programas sociales del gobierno federal han impedido que se diera un estallido social.

De Salinas de Gortari a la fecha, la calidad de vida de los mexicanos ha ido en total decadencia, viendo la gente del pueblo cómo los políticos, todos, salen del poder sumamente ricos, pues todo el tiempo gobernaron a favor de los poderosos empresarios nacionales y extranjeros, a los que prácticamente les han entregado la riqueza           del país, dejando para los connacionales, solo la fuerza de su trabajo como patrimonio y eso lo aprovechan los ricos para dar pichurrientos salarios a la clase obrera.

La explotación a la que somos sometidos los pobres en la actualidad, solo se comparan a la que hicieron los poderosos hacendados en el siglo XIX, tiempos en que muchos españoles compraban grande es extensiones de terreno de nuestro país allá en su patria, llegando a nuestra tierra para explotar, hasta matar de hambre, a los peones mexicanos y sus familias.

Y es que el poder adquisitivo del salario de los trabajadores es en la actualidad completamente nulo, habiendo quienes manifiestan que es la gente la que no quiere e trabajar, que los peones en el campo ganan 150 y hasta 200 pesos por jornal, pero sucede que un desayuno les cuesta más de 50 pesos, por lo que es fácil deducir que el dinero que les pagan les sirve solo para sobrevivir, pues por más sacrificios que realicen no van a poder dar alimentación, vestido y educación a sus hijos.

No es exagerado afirmar que desde hace años, las familias más pobres de nuestro país han diseñado una estrategia de sobrevivencia a base de muy pocas proteínas, consistiendo ésta en levantarse muy tarde por la mañana, entre 11 y 12 horas del día, por lo que el que consideran desayuno, lo consume la familia a             la una o dos de la tarde, esperando comer ya entrada la noche, alrededor de las 23:00 horas, para después acostarse a dormir.

Esta falta de comida en millones de hogares mexicanos, la han dado en llamar los expertos “miseria alimenticia”, y es lógico que esté provocando enorme retroceso en nuestra sociedad, pues condenamos a muchos de nuestros compatriotas a la muerte y a la desesperación.

La falta de una buena alimentación, nos hace vulnerable a las enfermedades, no podemos llevar a cabo jornadas de trabajo y nos daña mentalmente, condiciones que son aprovechadas por perversos personajes que llenan los debilitados cerebros de nuestros jóvenes y los hacen participar en actividades delincuenciales, lo que los lleva irremediablemente a la muerte, o cundo mejor les va, a la prisión.

Incluso esta situación la detectó desde hace años el actual presidente de la República, por lo que decidió incluir en los programas del Bienestar a los jóvenes, lo que inconforma a muchos despistados que dicen que este apoyo es dinero tirado a la basura.

Se destaca, pues, que los anteriores gobernantes le dejaron un paquete muy pesado a López Obrador, ya que en la actualidad México requiere de una gran reforma del gobierno capitalista y burgués que padecemos, el que debe entender que se tiene que elevar el bienestar de toda la población, que hay que dar facilidades para que los campesinos sean prósperos y exitosos, que haya muchos empleos con salarios justos, que todos los jóvenes tengan oportunidad de estudiar en las universidades y escuelas superiores, que se recomponga el tejido social a través de la justicia, que ya no haya impunidad ni corrupción, que se recupere el poder adquisitivo de los salarios de todos los trabajadores y que se logre, después de muchas décadas de sufrimiento, un clima de bienestar y prosperidad de los mexicanos.

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