Quienes hemos estado en muchos procesos electorales, nos sorprende el hecho de que por más apoyo que se les da a quienes ganan las elecciones, el final de las administraciones es la misma, pues quienes creímos en su momento que eran hombres y  mujeres honestas, terminan mostrando el cobre.

Ya nos pasó muchas veces y nuestra sociedad no aprende la lección, por lo que no nos debe sorprender que quienes están por dejar el poder ya andan a salto de mata buscando la manera de evadir la justicia.

En algunos municipios, los alcaldes se reunieron en lugares donde no pudieron ser detectados por la población para dar su cuarto y último informe de labores, aprovechando de paso para tomar acuerdos y trasparentar muchos asuntos fraudulentos de sus administraciones, y lógicamente, como verdaderos pillos, los representantes de las demarcaciones pidieron “moches” de todas estas triquiñuelas.

Por esta razón, las cuentas mal hechas y parchadas que envían los ayuntamientos a la Cámara de Diputados para que sean revisadas, deben someterse a un riguroso escrutinio, ya que son muchas las denuncias que hace la población a los gobiernos que van de salida, comenzando por el del estado, el que tiene muchas denuncias de malos manejos del dinero público, con el cual privilegió a sus amigos más cercanos, creando muchos problemas económicos a burócratas y trabajadores de otras dependencias que sostiene el gobierno estatal.

No debe sorprendernos tampoco, el que dentro de unos cuantos días se llame a cuentas a algunos de los todavía presidentes municipales, los que serán investigados por haberse aprovechado de los recursos que les fueron confiados para que fueran administrados y mucho dinero fue a dar a sus cuentas personales o de familiares cercanos, con lo que tratan de evitar ser detectados como lo que realmente son, viles bandidos.

La gente del pueblo suele decir que en arca abierta, hasta el más honrado peca, sin embargo, los ciudadanos siempre avalamos con nuestro voto a quienes pensamos es el más recto de nuestros conciudadanos, el que por esta razón no será tentado por la ambición del dinero, el que llega a manos llenas cuando se está gobernando.

La tentación de apoderarse de parte del dinero que manejan, ha sido la perdición de muchos de nuestros políticos, los que han quedado a mitad de una carrera que les auguraba el éxito y que fue truncada por su desmedida ambición al dinero fácil, el que llega a carretadas también por prácticas corruptas.

Y es que hasta en los más modestos municipios de nuestro estado, se han infiltrado los capos de los grupos del crimen organizado, los que manejan todos los negocios ilícitos y por lo mismo, tienen poder y mucho dinero, con el que corrompen a nuestras autoridades y las hacen ser parte de la delincuencia.

Con el cambio de gobierno que habrá en Nayarit, renace de nuevo la fe y la esperanza de los ciudadanos honestos, los que creímos en las promesas que nos hicieron quienes ganaron los procesos electorales en los municipios y en el estado y por lo tanto, esperamos que ahora si nos cumplan.

Deben quedar en el pasado las muchas desilusiones que nos han dado los malos gobernantes y para esto, se hace necesario que se de ejemplar castigo a quienes hoy dejan los cargos sin cumplir las promesas que nos hicieron, que no haya impunidad para quienes hundieron nuestra entidad dejando enorme deuda y graves problemas, sobre todo de miseria y abandono.

Se debe estipular también, como delito grave, a quienes utilizan en campaña piel de oveja y al final de su encargo constitucional, queda de manifiesto que eran verdaderos lobos hambrientos de poder y dinero, pues con esto provocan un  daño irreversible a nuestra sociedad, la que sufre tal retroceso que provoca el que cientos de miles de familias quedan expuestas a todo tipo de sufrimientos y que se apoderen del control de nuestros estado y los municipios peligrosos delincuentes que no se tientan el corazón para cometer todo tipo de delitos de alto impacto, lo que también es una herencia maldita de luto y dolor para las familias nayaritas que en mala hora confiaron en estos personajes que al final de su gobierno nos han  desilusionado.