DEL EDITOR: RENACE LA ESPERANZA

Con la celebración de la independencia de México, renace en Nayarit la esperanza de una mejor vida, ya que por fin termina el peor gobierno que hemos tenido en este estado, el cual fue encabezado por el irresponsable Antonio Echevarría García, mientras que en los municipios queremos que los   nuevos alcaldes superen, con mucho, a sus antecesores.

A diferencia de las amargas experiencias que vivimos con el millonario empresario que por cuatro años hizo toda clase de eventos demagógicos, denigró, ofendió y atacó a los trabajadores sindicalizados del gobierno del estado y los municipios, a los docentes y empleados de la Universidad Autónoma de Nayarit, a los campesinos y a la mayoría de los nayaritas, hubo alcaldes que si respondieron, como es el caso del doctor Jaime Cuevas, en Bahía de Banderas, y en Ruiz el joven empresario Joao Torres Nova, quien tuvo un desempeño colosal en todos los rubros, esto a pesar que solo estuvo al frente del ayuntamiento local por poco más de un año, lo que le bastó para hacer historia.

Un estado mal dirigido, crea incertidumbre, muchos problemas y gran miseria a sus habitantes, y eso fue lo que ocurrió en estos cuatro años, los que estuvieron marcados por las ocurrencias del joven burgués que mal gobernó Nayarit, estando por eso ahora centradas todas las esperanzas de los habitantes de nuestro estado en el doctor Miguel Ángel Navarro Quintero, el que consiguió enorme apoyo de su gente prometiendo que nos sacará del atraso en que nos han dejado los gobiernos del presente y el pasado, ya que solo hemos tenido una sola administración estatal que vio por la gente pobre, como es el caso del siempre bien recordado Don Emilio M. González, y en nuestros pueblos, verdaderas raras excepciones, como fue ahora Joao Torres Nova.

Y es que la gente del pueblo sabe que para llevar a cabo un buen gobierno, solo se necesita honestidad, que quienes están al frente de las administraciones públicas actúen siempre con honradez, que no se roben el dinero, no se corrompan y que compartan los beneficios con la población que los llevó al poder.

Los ciudadanos no queremos las perlas de la virgen, nos basta con que se nos haga justicia, tener empleo y sobrevivir con dignidad, por lo que deben ser eficientes todos los servicios municipales y estatales.

En este estado tan lleno de riquezas naturales, parece increíble que haya gente que padece hambre, que no tiene para comer, que tenemos ya mucha población en condición de miseria alimenticia, todo por la voracidad de nuestros representantes, los que aparte de ser totalmente incompetentes, han sido ladrones y asesinos, delincuentes que tienen sumido en el vicio de las drogas a decenas de miles de jóvenes, los que aparte de ser una tragedia para la sociedad nayarita y sus familias, son utilizados para actividades de las organizaciones del crimen organizado que se nutren de la corrupción que impera en las altas esferas del gobierno, tal como sucedió en la administración del ex gobernador Roberto Sandoval Castañeda, quien ahora está internado por corrupto en el penal federal de El Rincón, y su brazo derechos, el ex fiscal del estado, Edgar Veytia, en una cárcel de Nueva York, en los Estados Unidos.

Para borrar todas estas amargas experiencias, ahora los nayaritas demandamos un  gobierno incluyente de parte del gobernador Miguel Ángel Navarro Quintero, el que por lo pronto, busca controlar el flagelo de la inseguridad, llevando para ello la coordinación de todas las corporaciones de la policía municipal en Nayarit, las cuales estarán supervisadas por elementos del Ejército Nacional, lo que será sumamente beneficioso para las familias nayaritas pero no determinante, ya que aunque se suele decir que no solo de pan vive el hombre, en la actualidad se debe acabar  con el hambre de nuestra población.

Por eso hay enorme esperanza en este cambio de gobierno de parte de los campesinos, ganaderos, pescadores, obreros y trabajadores en general, ya que somos todos los nayaritas quienes deseamos de todo corazón que se nos de la oportunidad de comenzar una vida nueva, en la que ya no tengamos la incertidumbre que ocasiona la miseria y la falta de un empleo que nos proporcione un ingreso económico seguro y la alimentación, educación y  bienestar de nuestra familia.

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