Los nayaritas hemos padecido varios malos gobiernos en línea, tanto en el estado como en los municipios, lo que se ha traducido en una severa crisis económica, social y en la sociedad en general.
Todos los nayaritas sabemos lo que ocurrió durante el mal gobierno del tablajero y ahora millonario presidiario Roberto Sandoval Castañeda, el cual hizo toda clase de marrullerías y corruptelas de acuerdo con su amigo del alma y ex Fiscal del Estado Edgar Veytia, quien fue tanta su ambición, que se convirtió en figura poderosa dentro de las bandas del crimen organizado, sirviendo como narcotraficante, sicario y secuestrador, por lo que ahora enfrenta una condena en una prisión de los Estados Unidos, donde fue juzgado.
Apenas salimos de este escandaloso y truculento mal gobierno, cuando saltamos de la lumbre para caer en las brasas, pues al ahora preso en el penal federal de Tepic, Roberto Sandoval, fue relevado en el cargo por el junior empresario refresquero Antonio Echevarría García, quien se despachó con la cuchara grande en su cuatrienio y heredó a los nayaritas una deuda de muchos miles de millones de pesos, por lo que ahora enfrentamos una crisis económica de grandes magnitud, sobre todo en el campo.
A nivel local, tenemos ayuntamientos que presagian que vamos de mal en peor, como es el caso de Tuxpan, pueblo que está gobernado por el Partido Movimiento Ciudadano y la peor administración en la historia de este pueblo al que le ha llovido sobre mojado con las inundaciones, devastaciones, contingencias de salud, escándalos y mucha miseria y abandono total.
La crisis que provocaron todos estos malos gobernantes, se ha incrementado mucho en la actualidad, destacando ahora que tenemos líderes que nos han prometido los bueyes y la carreta pero que ni siquiera han podido crear empleos para muchos nayaritas que sobrevivimos en la actualidad de puro milagro, siendo privilegiados quienes recibimos algún apoyo de algún familiar que emigró y trabaja en los Estados Unidos, pues en México, la única fuente de dinero es la que consiguen quienes se dedican a actividades ilícitas, así sea dentro de la política, como funcionario público, narcotraficante, sicario o dentro del robo de combustible.
No tenemos actividades lícitas que produzcan dinero suficiente para tener una vida digna en nuestros pueblos, lo que califica muy mal a nuestros actuales gobernantes que con su actitud negativa y totalmente irresponsable, provoca dolor y tragedia en la mayoría de los hogares de nuestros paisanos nayaritas, ya que son pocas las familias que no padecen la desgracia de tener algún joven inmerso en el mundo oscuro del consumo de alcohol y drogas, así como el que muchos de nuestros paisanos se inmiscuyan en actividades delictivas, pues no tienen otra opción por la falta de oportunidades lícitas.
Nuestra entidad tiene enorme rezago social y económico, no se ve una recuperación a corto plazo como se nos ha prometido, debiendo entender que todo es demagogia, pues no son palabras de aliento o consuelo lo que se requie4re para cambiar esta situación, pues dinero no hay y eso lo vamos a constatar dentro de unos cuantos días cuando la autoridad tenga que cubrir los compromisos de fin de año a sus trabajadores libres y sindicalizados.
A estas alturas, los nayaritas ya deberíamos entender que un gobierno pobre es un pobre gobierno, que si nuestros gobernantes no son capaces de brindarnos lo más elemental como es trabajo, salud y bienestar, no sirven para nada, que las palabras se las lleva en viento y las promesas no llenan los estómagos vacíos de las miles de familias no tienen ni para comer.
Lógicamente que lograr revertir la miseria en la que vivimos los habitantes de nuestro estado en la actualidad, es un reto sumamente difícil de cumplir pero no imposible, y lo más honesto sería que quien no sea capaz de cumplir sus promesas de brindarnos una vida mejor, debe renunciar al cargo, lo que le sería reconocido como una actitud leal y totalmente noble, pues los malos gobernantes deben dejar el campo libre a quienes si puedan con ese paquete, ya que en Nayarit afortunadamente también tenemos gente capaz que pueden y deben encabezar los buenos gobiernos.