DEL EDITOR: SE DEBE PONER ORDEN EN TUXPAN.

Quienes nacimos, crecimos y  hemos vivido muchos años en la ciudad de Tuxpan, nos sentimos sumamente agraviados por las condiciones adversas que prevalecen ahora en este municipio, el cual siempre se  ha distinguido por su gran riqueza, sobre todo en recursos naturales.

Hay mucha historia sobre la participación y valor de los tuxpeños, los que sobresalieron en la lucha de independencia de México, la revolución y el movimiento cristero; Es orgullo para los habitantes de este municipio, el que se haya tenido una estación de radio que no había en otros pueblos e incluso estados más avanzados tecnológicamente, como Jalisco y Sinaloa, pueblo donde hubo hoteles de super lujo y en el ámbito cultural y  educativo, circularon, a la vez, hasta 5 periódicos para una población de unos cuantos miles de habitantes.

La gente de este pueblo, en su momento, aportó  dinero para crear  escuelas secundarias, tenemos la Prepa 5, de la que han egresado infinidad de profesionistas que están radicados y ejerciendo en varios estados de la República y en el extranjero, así como en el deporte, disciplina en la que han surgido elementos sumamente valiosos que son reconocidos en todo el mundo.

Hasta hace pocos años, Tuxpan sobresalía por tener un bonito malecón,  paseos con paisajes que no había en otro lugar del mundo, además de que éramos el centro de la costa norte, la llamada costa de oro, en la que decenas de miles de jornaleros de otros estados de la República, venían a ganar carretadas de dinero en el campo.

Tuxpan nació como asentamiento humano, a las orillas del río San Pedro, el que ha seguido en su cauce, el cual se  ha desbordado infinidad de veces, ha cobrado la vida de muchos tuxpeños y de gente que hace confianza a sus aparentes tranquilas aguas; nos ha dado y quitado fortunas y forjado la ciudad coquera como a una bella dama, con estrecha cintura y larga  cabellera.

Y sucede que de la noche a la mañana, se comenzó a deterior el medio ambiente, se tuvo un gran rezago y casi se acabó el bosque tropical del palapar, bajó el nivel de las aguas del río, emergieron en ambas márgenes del mismo verdaderas murallas de tierra que ahora se cultiva, se terminaron las playas y la belleza de este entorno natural y en el urbano se echaron abajo jardines, monumentos y grandes edificios, como era la Alberca Reforma y el Hotel América.

En pocos años fuimos de mal en peor, principalmente porque dejaron de llegar a la presidencia municipal buenos elementos, destacando el arribo de verdaderos delincuentes que posteriormente, al dejar sus cargos, fueron requeridos por la autoridad competente y regresaron parte del botín para recuperar su libertad, pero aún así no se pudo  resarcir el daño que estas malas autoridades hicieron a esta población, a su economía y a sus habitantes.

Luego de la catástrofe de dos inundaciones devastadoras del río San Pedro, una en el 2018 y la otra en el 2021, ambas en el mes de octubre y debido a que se realizaron en el pasado obras de protección a las avenidas de las aguas del río San Pedro totalmente deficientes porque quienes las realizaron se robaron el dinero, esta cabecera municipal quedó totalmente devastada, arribando al ayuntamiento representantes populares totalmente ineptos, los que no han podido realizar una sola obra de relevancia que ayude a la gente a recuperarse un poco de tanto desastre.

Por si fuera poco, en la actualidad  se vive una anarquía jamás vista en Nayarit, ya que en la actual administración que encabeza el arquitecto José Luis Tovar Ruvalcaba, no hay funcionarios con capacidad, pues por ambiciones personales y la intromisión de gente ajena a este municipio, hicieron ganar, con toda clase de triquiñuelas electorales, a los actuales regidores y a la síndico, los que ni siquiera saben sus obligaciones.

Y si el gobierno local no actúa y se vive una anarquía, es menester que intervenga la autoridad  correspondiente para que ponga orden, principalmente para recuperar el entorno saludable en las vialidades, llevar a cabo trabajos que garanticen la seguridad de las familias que aquí habitamos y lo más importante, que se de una equitativa repartición de la riqueza mediante la generación de empleos, pues Tuxpan, pueblo que tuvo gran esplendor en el pasado, está ahora a punto de desaparecer.

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