La verdad, es que ya se salió de control tanta violencia, muerte y la impunidad que se vive en México, país en el que un pelafustán, como “El Chueco”, sienta sus reales en un amplio territorio del Estado de Chihuahua, asesina, secuestra, roba y comete mil atrocidades por largos seis años y ni quien lo moleste, pues el gobierno, llámese municipal, estatal y federal, dice que estos individuos son seres humanos que merecen ser respetados en su integridad.
Debemos entender que el gobierno es el responsable de que haya tanta delincuencia o violencia, pues esta situación ya no es responsabilidad de ningún ex presidente de México, los que sí tienen muchas deudas con el pueblo, pues algunos, como Gustavo Díaz Ordaz fueron terribles criminales que tuvieron cómplices que enlutaron el país, como fue el caso de Luis Echevarría, padeciendo México ladrones como José López Portillo y briagos irresponsables como Vicente Fox y Felipe Calderón, debiendo estar en la cárcel Enrique Peña Nieto, quien dejó sumamente endeudado el país y anda muy quitado de la pena viviendo en otros países, mientras que es el presidente Andrés Manuel López Obrador quien no ha podido frenar la escalad a de terror y muerte que vivimos los mexicanos en la actualidad.
Y es que ya no caben las excusas, los habitantes de nuestro pueblo quieren hechos, que se dejen de lado los pretextos para que se meta a la cárcel y se castigue con penas justas a sus delitos quienes hayan infringido la ley.
Se entiende que es la impunidad y la corrupción la que impulsa que se sigan cometiendo crímenes, secuestros y desapariciones de personas en México y que aparezcan, en cada municipio del país, “jefes de la plaza”, los que comparten sus ilícitas ganancias con la autoridad y no pasa nada, el gobierno les da impunidad y esconden la cara cuando estos delitos llevan a cabo delitos de alto impacto y aun así les siguen cubriendo las espaldas porque saben que de caer este criminal, ellos se van también del poder.
Sin embargo, la gente del pueblo está rebasando ya a los corruptos gobernantes y a los criminales, pues ahora se unen y toman vialidades para para exigir justicia, habiendo también linchamiento de presuntos delincuentes, lo que no es culpa del enardecido populacho, si no de las autoridades que no hacen bien su trabajo.
Y de plano, la sociedad ya no soporta tanta sangre que corre en todos los estados del país, siendo una verdadera falacia el que se nos diga que no pasa na da, que en México la violencia y los crímenes de alto impacto se cometen solo en unas cuantas entidades, que en otras, al existir un cártel fuerte, todo trascurre en paz, pues no hay poder humano que los enfrente.
De esa manera, la gente de bien, los mexicanos amantes de la paz, que son una gran mayoría, tenemos que vivir con el Jesús en la boca, pues el cualquier momento podemos ser afectados por quienes viven al margen de la ley y a través de la violencia imponen sus decisiones al resto de la población.
Hasta ahora, el hartazgo de la gente ha tenido manifestaciones esporádicas, más cuando se percata que el gobierno y la autoridad en vez de estar del lado de la víctima, protegen a los victimarios, como ha sido práctica común a la fecha en todo el territorio nacional.
No hemos tenido, afortunadamente, enfrentamientos entre la población y gente del crimen organizado, pues hasta ahora, las familias que gustan vivir en paz solo han aportado las víctimas y buscan, más de 100 mil personas secuestradas y desaparecidos, pero no se debe llegar a la confrontación porque un pueblo furioso y desesperado, y a no lo podrán detener nadie.
Según opinan personas que estudian el fenómeno de la violencia y criminalidad en México, en este país, estamos a tiempo de acabar con este flagelo, devolver la paz y la seguridad a todos los mexicanos y que inicie la etapa de la recuperación con un gobierno honesto y capaz de hacer prevalecer la justicia, deteniendo este baño de sangre que tiene colapsada nuestra nación, en la que hay recursos suficientes para que todas las familias mexicanas vivan en paz y con prosperidad, tal y como debe ser en cualesquier lugar del mundo.