De plano, los costeños estamos bien salados, pos a cada rato llueve, llegan ciclones, se desborda el río y hay alcaldes ladrones, como sucede en Tuxpan, Rosamorada, Tecuala y otros municipios.
Todo esto nos pasa, dicen algunos, porque el rancho de los cocos está lleno de putarracos, pero desde que llegué de Oaxaca a bordo de mi burro, he visto que son los mismos, que aquí si estos compas no se reproducen porque son de castilla.
Porque no hay a quien echarle la culpa de tantas desgracias, ya que antes de que fuera obligación que a uno le gustara el arroz con popote, hubo mucha lana y prosperidad en toda esta región que era famosa por ser la costa de oro.
Esa fama de abundancia es la que nos trajo aquí a muchos fuereños, los que no teníamos nada, pues su chaparro amigo se vino de Oaxaca en un burro que todos los días comía, pero no almorzaba ni cenaba, por lo que era un arpa por los puros huesos en que estaba y aún así fue a dar a un circo donde casi se tragó hasta al dueño, pos la traía retrasada y aquí abundabas la comida y el dinero.
Ora con tantas desgracias, en Tuxpan ya estamos igual que en Oaxaca o en otros estad o del sur donde hay mucha pobreza y la gente come pero no cena ni almuerza, como mi querido burro.
Por eso hay que estar buzos ora con el huracán “Roslyn”, el que trae una trayectoria como la que tuvo “El Kenna”, el que entró por San Blas y nos dejó con muchas afectaciones en esta costa, pero de esto hace ya 20 años y ora hay tiro por viaje, pos en este pueblo nos inundamos el 18, el 21 y todo apunta a que otra vez tenemos broncas en el 22.
Y pos no hay de otra, más que cuidarnos y que seamos sensatos, pos no hay que andar en las calles retando la suerte, pues lo primero que debemos hacer es estar al tanto del río San Pedro, de lo que informen las autoridades y cuidar nuestras pertenencias, pos luego andamos pidiendo que nos den estufa, refri y todo lo que dejamos a merced del río y pos hay que ser previsor, ¿o no?