DEL EDITOR: LIBRE TRANSITO POR LAS CARRETERAS.

Los mexicanos hemos venido padeciendo continua carestía en todos los artículos y alimentos básicos desde hace varias décadas, y se ha demostrado con creces, que esto se debe, principalmente y entre otros  factores, en la elevación de los combustibles en  general y la elevación de los gastos de toda mercancía por vía terrestre, marítima y por nuestro espacio.

Lo que vino a impulsar estos aumentos año tras año, fueron las carreteras de cuota, vías en las que se comentaba en sus inicios que con la creación de estas autopistas, se tendría un enorme ahorro en el gasto de combustible, el que tampoco dejaba de encarecerse, lo que a la fecha, se ha puesto de evidencia, fue una total mentira.

Simplemente, los grandes empresarios son insaciables y tienen voracidad por ganar cada vez más dinero a costa del sufrimiento y  el hambre de la gente pobre de nuestro país, de ahí que corrompa a la autoridad para elevar siempre los productos que nos ofrece, entre éstos, las carreteras de paga, de las que se llevan enormes cantidades de dinero que sacan de los bolsillos de todos los mexicanos,  ya que debemos entender que todo lo que consumimos se transporta, de ahí, que los altos cobros de las tarifas en las autopistas nos provoquen enorme carestía, con precios casi incansables a muchos de los alimentos básicos.

Debemos también decir, que por lo regular, son los grandes empresarios los que adquieren, transportan, almacenan y distribuyen por todo el país y fuera de mismo, las cosechas de los campesinos, los alimentos que recogen del mar, ríos, lagunas y esteros, los pescadores, así como que con los capitalistas los que tienen en su poder material y todo lo que se necesita para la vida diaria de los mexicanos, por lo que son ellos, los ricos, quienes manejan la economía de nuestra patria.

Dicen que quien pan menea, pan no desea,  y en este caso, nuestros poderoso empresarios y gente con enorme capital, no comprarte ningún sentimiento con quienes son su contraparte, los pobres, aunque de ellos viven y se fortalecen como parásitos que son.

Los capitalistas están unidos en intención, ganar cada vez más dinero, y para esto utilizan todas las estrategias a su alcance, teniendo gran poder al manejar como propiedad  privada, la mayoría de las carreteras que hay en el país, pues de esa manera controlan todo lo que produce y se mueve a todo lo largo y ancho de nuestro territorio nacional, pues para acceder a otros países a los que exportan la producción agrícola y empresarial, se deben sujetas a las reglas que se maneja en esos pueblos.

En México, tenemos un gobierno y una iniciativa privada que caminan de la mano, de ahí que el apoyo es mutuo, nunca a  favor del pueblo, si no de los intereses que compartes políticos y gente adinerada, familias por lo regular de ascendencia extranjera que llevan siglos saqueando la riqueza nacional.

También debemos entender que el capital mete recursos, muchos, a todos los proyectos políticos, ya que es vital para ellos tener el control de los gobiernos estatales y federal, manejar los poderes Legislativo y Judicial, con lo que logra mantener un pueblo indefenso y totalmente dependiente de los poderosos empresarios.

Siempre ha sido la voracidad desmedida de los ricos, los que ha ocasionado el que se libren batallas libertarias en todo el mundo, en el caso de nuestro país, y a no tarda en darse un estallido social a causa de que los ricos siguen apretando el cinturón, debiéndose entender que la soga se revienta siempre por lo más delgado, como dice la  sabiduría popular.

En este caso, los constantes aumentos en las carreteras privadas, debe hacer ver a los mexicanos pobres que es tiempo ya de acabar con este monopolio,  que si se argumenta que si desaparecen estas empresas se deja a muchos trabajad ores sin empleo, se debe legislar para que los cobros, razonables y muy bajos, los deben hacer los representantes de los ejidos por donde estas vías de comunicación atraviesan, y que la gente de nuestro pueblo deber ser apoyada con recursos del gobierno, el que debe proporcionar maquinaria y lo necesario para que decenas de miles de familias en el país vivan con lo que recauden estas casetas de una cuota simbólica pero que como se ha demostrado cuando son tomadas por inconformes, suman muchos millones de pesos todos los días.

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