ENORME POBREZA SE VIVE EN TUXPAN, URGE PROMOVER EMPLEO E INVERTIR EN EL CAMPO.

Se debe reconocer que cuando habla en serio, el líder de los locatarios del mercado municipal “Sòstenes Rocha”, de  Tuxpan, señor Julio César Pérez Quevedo , es certero en sus comentarios, y en días pasados el DIARIO CORREO DEL PACIFICO lo entrevistò para que explicara la razón de la enorme miseria que priva en la actualidad en este municipio considerado rico y con sobrados recursos naturales.

“Si vez el mercado, dijo, veràs que no hay negocio, que la gente no viene a comprar y eso es simple y  sencillamente porque no hay dinero circulando en esta población debido, principalmente, a que no hay trabajo en el campo, las tierras no se mueven y no hay inversión en este rubro que es el principal en esta municipalidad”.

Agregò Quevedo que desgraciadamente en Tuxpan no hay empresas  y que si bien se tiene pesca y ganaderìa, estas actividades primarias no son suficientes para dar trabajo y sustento a las decenas de miles de familias que aquí habitan, por lo que es urgente que el gobierno estatal y local busquen la manera de que vengan inversiones, que se tenga crédito y recursos suficientes para los agricultores, ya que el ejido de Tuxpan tiene màs de 10 mil hectáreas de cultivo y casi dos mil familias que son ejidatarias o posesionarias de tierra dedicados a las actividades del campo.

“Todos los años el mes de septiembre es el màs difícil para la gente de Tuxpan, el comercio y los padres de familia deben contar con dinero para dar educación a sus hijos, pues el ciclo escolar se abre a finales de agosto y coienzan las exigencias en centros educativos y las familias solo tienen miseria, lo que agrava la situaciòn”, comentó nuestro entrevistado.

Esta situación debe ser valorada y atendida por nuestros gobernantes, pues es evidente que urge promover que se instalen en el municipio coquero fuentes de empleo permanente y que se de suficiente apoyo a los campesinos que son, en la actualidad, los únicos generadores se riqueza en esta municipalidad, concluyò el inquieto Quevedo. (FOMA).

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