Parece que fue ayer cuando los primos hermanos Antonio Campa Bonilla, santiaguense que en Tuxpan lo conocían como “El Billete de a Cien”, por su parecido con la imagen del padre de la Patria, Don Miguel Hidalgo y Costilla que aparecía en ese papel moneda, y Guillermo Campa Gallardo “El Cornetas”, nos propusieron publicáramos una edición de ”Calaveras”, para honrar la tradición ancestral de los mexicanos de burlarnos de la muerte.
Por eso fue que un 2 de Noviembre, pero del año 1975, esta empresa que se resiste a morir, publicó la primera edición de “Calaveras al estilo de CORREO DEL PACIFICO”, lo que hizo que nuestros amigos que eran excelentes para hacer bromas en rimas a quien fuera, se ganaron un susto mayúsculo, pues uno de los vecinos que fue publicado, los estuvo esperando, daga en mano, por más de una semana a las afueras de su casa que se ubicaba en la esquina de las calles Victoria y Juárez en la ciudad de Tuxpan.
Todos los actores de aquella primera edición de las tradicionales “Calaveras”, han fallecido al paso de casi 50 años, pero dejaron como legado a las nuevas generaciones, el que es parte de la vida reírnos del proceso natural e irreversible que es la muerte, además que dejaron ejemplo que hay quienes se molestan un poco, aunque no debían, pues estas bromas son parte de un ritual que nos ha hecho famosos a los mexicanos en todo el mundo.
En esta ocasiòn y aunque ya son otros tiempos y los jóvenes tienen otra manera de ver la vida y la muerte, nuestra modesta empresa se ha dado a la tarea de tener viva esta tradiciòn de publicar oportunamente “Calaveras”, aprovechando para ello la herramienta moderna del internet y las redes sociales, buscando llegar a este grupo, las nuevas generaciones, pues serán ellos los que habrán de seguir o sepultar esta ancestral tradición que a nosotros nos inculcaron nuestros padres y abuelos.
Cabe señalar que aún quedan personas en nuestros pueblos, muchas, que buscan ser publicadas y que salgan a relucir defectos y virtudes, eso si, en rima y de manera simpática, pues sienten que son distinguidos por ser lo suficientemente popular para que su nombre aparezca en la lista de “Calaveras”.
Hay que recalcar también que jamàs prevalece el afán de ofender o denostar por parte de quienes hacen este trabajo que aunque algunos duden, es arte popular en el que participan decenas de personas de manera anónima, sin más afán, de seguir dando a conocer nuestras costumbres y tradiciones, más ésta, la de la muerte, con la cual, traemos de regreso a muchos de nuestros familiares fallecidos y honramos a quienes se destacan en la sociedad local por alguna razón en especial.
Lógicamente que en este medio siglo de festejar el Día de Muertos de manera literaria en esta región del país, hemos visto muchos cambios en esta tradición, sobre todo por la aportación que le han dado a las nuevas generaciones las herramientas modernas y tecnològicas, con las que se hacen más atractivos los eventos en nuestros panteones, en los que se honra ya, con toda justicia, a personajes que lucharon y sacrificaron incluso su existencia, para que se reconociera a quienes antaño eran relegados por sus preferencias sexuales, incluso después de su muerte.
Finalmente hay que señalar que en el caso del DIARIO CORREO DEL PACIFICO, tanto de la manera tradicional, o sea impreso en papel, o a través de las redes sociales del internet, seguimos adelante con participación activa en los festejos de nuestras tradiciones, de las que nos sentimos sumamente orgullosos y por lo mismo, dejamos esa semilla en nuestros descendientes, algunos de los cuales tienen ahora la responsabilidad de escoger a los candidatos para aparecen en esta edición especial, haciendo la aclaración que esa participación es anónima, pues todavía existe gente que se ofende al ser publicada.