México se exhibió en la asamblea que la OEA celebró en Cancún, Quintana Roo, pues en ese evento defendió los intereses de los Estados Unidos en América Latina, convirtiéndose en un lacayo que pretende preparar la invasión del imperialismo yanqui al hermano pueblo de Venezuela.
Al igual que en el oriente medio, muchos países del llamado primer mundo pretenden apoderarse del petróleo que tiene este país sudamericano y qué mejor pretexto que ir en auxilio de la democracia y el pueblo que está siendo reprimido por un régimen que pretende instalar, de una vez por todas, un sistema de gobierno socialista a través de una nueva Constitución de esta República hermana.
Todo apunta a que la corriente chavista en el poder, tiene en mente instalar un gobierno parecido al que prevalece en Cuba actualmente, lo que no conviene, para nada, a los muchos intereses de los grandes capitalistas del mundo, los cuales se asientan en los países con la única intención de explotar de manera inmisericorde a sus habitantes.
El progreso capitalista se basa en la explotación, la violencia, marginación y el sufrimiento de los habitantes de los pueblos, tal y como sucede en México, donde el gobierno se jacta que hizo, por ejemplo, infinidad de carreteras, lo que no señala es que son autopistas en las que cobra por circular porque pasan a ser parte de empresas privadas destinadas al cobro de peaje.
Y que decir en la industria turística, en la cual se privatizan playas y lugares atractivos que pasan a ser propiedad de unos cuantos millonarios con inversión en todo el mundo, al igual que en las comunicaciones, agricultura, minería, pesca y todo lo que tiene que ver con la riqueza nacional que pasa a ser, también, propiedad privada.
Por tal motivo, lo que está en peligro en Venezuela en estos momentos es la libertad de los venezolanos, pues existen traidores a la patria que siguen órdenes de países extranjeros que van a someter a su gobierno, y para ello, le crean un sin fin de problemas en los que se llevan la vida y la dignidad de millones de seres humanos, lo que poco les importa a los imperialistas que buscan ganancias económicas y mucho poder.
Y si fallan las presiones económicas y de desestabilización de la autoridad, entonces los países imperialistas utilizan lacayos que los secunden para llevar a cabo invasiones armadas, como la que hay en Siria, pueblo que es sometido a enormes presiones y guerra por la ambición del petróleo y otros recursos naturales que tiene ese país.
El pueblo venezolano está en la mira de los países poderosos, los que no se detendrán ante nada, de ahí que los mexicanos repudiemos las acciones que está llevando nuestro gobierno como esquirol de esta lucha de un pueblo hermano, el que costará muchas vidas humanas, tal y como sucedió en nuestro país con la Revolución de 1910, mediante la cual, se llevó a cabo un radical cambio en México en base a una nueva Constitución que se creó en 1917 luego del triunfo de la lucha armada.
Por tal razón, en vez de atacar, los mexicanos debemos apoyar a los venezolanos en esta dura prueba, ya que la lucha que llevan a cabo en la actualidad, es la misma que debemos dar en el futuro en nuestro país para expulsar de nuestro suelo a los empresarios trasnacionales que nos tienen sumidos en el hambre y la miseria.
Debemos entender que los ricos no tienen amigos ni hacen favores a nadie, que solo ven por sus intereses y por lo mismo, los pobres solo son tomados en cuenta por esta clase social como carne de explotación sin derecho a nada, ni siquiera a sobrevivir con mediana dignidad, de ahí la falsedad de que se preparan a defender los derechos y la democracia en los pueblos que buscan rebelarse a la opresión.
La posición de nuestro gobierno en la reunión de Cancún, nos debe avergonzar a todos los mexicanos, los que debemos recordarle al Presidente de la República que nos tiene sumidos en la miseria, que hay mucha criminalidad, que se asesina y desaparece impunemente a nuestros jóvenes y que hay mucha hambre, que solucione primero estos graves problemas y luego vea la paja en el ojo ajeno.