La gente de nuestro pueblo suele a firmar que mata más una duda que un desengaño, de ahí que la incertidumbre que tenemos todos los nayaritas por lo que nos depara el destino con el arribo del gobierno de coalición que encabezará Antonio Echevarría García nos tiene en constante estrés.
Y no es para menos, ya que circulan en redes sociales nombres de los supuestos futuros funcionarios de primer nivel del próximo gobierno del estado, habiendo a quienes les ponen las cruces porque dicen que serán impuestos por negociación que se hizo con la integración de la coalición de partidos que dieron el triunfo a la también llamada alianza “Juntos por Ti”.
La cosa es que los ciudadanos votamos por quienes nos van a gobernar y estos personajes, una vez que asumen el poder hacen lo que les da su regalada gana, imponiendo gente repudiada en encargos en la que hacen la vida imposible a muchas familias locales.
Esta práctica se da también en los ayuntamientos, en los que los vecinos ven con asombro y coraje como se cuelan personas extrañas y algunos repudiados a los puestos claves de los gobiernos locales, iniciando con ello permanente conflictos que por lo regular duran la totalidad de la administración.
La frustración de quienes votamos es porque hay personajes que se cuelan a cargos relevantes en las administraciones estatal y municipal, por los cuales nadie emitió ni un solo sufragio, además que si se llevara a cabo una consulta popular, no habría quienes los apoyaran y aún así, los tiene uno que soportar en este caso, por cuatro largos años.
Por si fuera poco, por lo regular esos tipos desagradables y con cero voto ciudadano, suelen ser mucho más negativos que los que fueron elegidos por mayoría o designados por los partidos en las posiciones “pluris”, quizá porque buscan desquitarse de que no tienen quienes los quieran.
Para algunos casos muy excepcionales, los gobernantes suelen proponer aspirantes a cargos públicos, siendo los diputados o los Cabildos los que los aprueban, lo que no deja para nada satisfechos a la gran mayoría de la población, la que señala que lo correcto sería que también estos personajes que van a compartir el poder con el amigo, sean sometidos a la voluntad popular, o sea que se les de el nombramiento llevando a cabo una consulta popular para que sea la gente del pueblo la que les de el apoyo y ratificación de los nombramientos a los que son propuestos por el gobernador o los alcaldes.
Y es que la historia de las imposiciones se han repetido por siempre, llegando incluso algunos gobernantes a extremos al meter dentro de su gabinete a sus amigos personales sin importarles que sean unos buenos para nada, o en el peor de los casos, que se trate de delincuentes peligrosos.
Como está la corrupción dentro de nuestro gobierno, por nada del mundo se debe permitir que pongan a personas extrañas en cargos vitales, como es la Seguridad Pública, en la que suelen poner como directores a gente que está relacionada con el crimen organizado, lo que hace que nuestros municipios queden totalmente expuestos, más cuando estos funcionarios son gente extraña al pueblo al que supuestamente protegen de los criminales.
Como este ejemplo se tienen muchos más, y las familias nayaritas ya se dieron cuenta que en la mayoría de los casos los alcaldes forman verdaderas bandas dentro de los ayuntamientos y en el caso del gobierno estatal, se da el deelito de coalición de funcionarios públicos, lo que muy pocas veces es denunciado, además de que si se hace la denuncia, por lo regular no prosperan.
Así pues, estamos expuestos, los ciudadanos, a lo que determinen los gobiernos que elegimos a través del voto popular, lo que es una práctica reprobable y muy negativa, la que a la larga hace fracasar a las administraciones públicas, por lo que se suele decir que quienes encabezan los gobiernos suelen tener una borrachera de tres o seis años con una cruda que les dura toda la vida, y ojalá este no sea el caso en el próximo gobierno estatal en Nayarit.