Ya no hay pretextos, en Nayarit se votó por un cambio en el gobierno y este se debe dar en beneficio de la población en general, la cual demanda el cese inmediato de la violencia y criminalidad, la generación de empleos, apoyo inmediato al campo, que se acabe la impunidad y no haya perdón ni olvido a las malas autoridades que por tres años nos hicieron la vida imposible a la mayoría de los nayaritas.
Hay quienes dicen por ahí, de manera convenenciera, que tal o cual administración municipal fue buena, lo que es totalmente falso, pues estos tres años fueron peores que los de la pasada administración, en la cual hubo verdaderos delincuentes al frente de los ayuntamientos, como es el caso de Tuxpan, con el ex alcalde Isaías “La Rata” Hernández, o en Ruiz o Rosamorada, solo por citar algunos municipios en los que sus habitantes demandaban cárcel para quienes estuvieron al frente de los gobiernos locales, mismos que fueron beneficiados porque en el proceso electoral del 2014, se impusieron los candidatos de la corrupción y el pillaje otra vez. La ciudadanía nayarita mostró su hartazgo el domingo 4 de julio del presente año, al votar a favor de un radical cambio, en el que ya no querían ver más a los corruptos de siempre, a los rateros, delincuentes y abusivos, lo que hizo que ahora, que se está por llevar a cabo el cambio de gobierno en el estado y los 20 municipios de Nayarit, brille una tenue luz de esperanza en nuestra golpeada entidad. Estos últimos meses han sido verdaderamente terribles, ya que tan solo en la capital del estado se han contabilizado ciento de personas ejecutadas, decenas de “levantados” y desaparecidos, descubrimientos de narco fosas y por primera vez los criminales se han ido en contra de mujeres, lo que se demuestra con el asesinato de muchas damas, sobre todo jóvenes. Por si fuera poco, los ambiciosos y oportunistas de siempre han aprovechado esta transición de poderes para medrar, elevando las tarifas del transporte urbano, de los alimentos y muchos artículos de primera necesidad, entre los que se encuentra el material escolar. Desde hace varios años hay desesperación en el campo, pues ahí la miseria se sigue incrementando, lo que ha orillado a muchos dueños de parcelas a venderlas para sobrevivir por algún tiempo, ya que una vez que se acaba el poco dinero que les dan por su tierra, tienen que enfrentar la terrible situación de verse totalmente en el desamparado. Por largos años, la injusticia reinó en Nayarit, esto porque el ex fiscal Edgar Veytia, el cual ahora se encuentra recluido en la cárcel en los Estados Unidos acusado de narcotráfico y delincuencia organizada, aplicó en esta entidad la ley de la selva, llevando a cabo despojos, secuestros, crímenes y metiendo a mucha gente inocente a la penal donde todavía se encuentran quienes osaron, en su momento, retar a “El Diablo Veytia”. Por eso se debe decir totalmente claro que en Nayarit las cosas deben cambiar, primeramente para acabar con tanta muerte y violencia en todo nuestro territorio, en el que se debe procurar mayor justicia social para que la gente común y corriente acceda a empleos dentro de las nuevas administraciones públicas, donde ya no debe existir impunidad ni saqueos permanentes y si adecuada atención a la población, solucionando los problemas que la sociedad enfrenta con los gobernantes, sobre todo porque los funcionario suelen sentirse amos y señores de los pueblos mientras duran en los cargos. Y claro que los cambios si se pueden hacer realidad, como lo ha demostrado en unos cuantos días la recién estrenada diputada del IV Distrito, Margarita Morán Flores, quien desde que asumió el cargo se ha dedicado a servir a sus representados, tanto en el municipio de Santiago como en el de Tuxpan, a los que ha llevado todo tipo de beneficios, incluso más allá de sus obligaciones, pues como legisladora no tiene presupuesto para dar apoyos económicos, de atención médica, de tipo legal y muchos más que salen de sus bolsillos, lo que contrasta con su antecesora, la ex diputada Angélica Sánchez, quien jamás dio el más mínimo apoyo a las familias de su distrito, lo que evidencia que el cambio, si se quiere, se da y con creces.