Ramona Mejía Tapia, fue una mujer que quiso mucho a sus hijos, entre los que no hizo el menor distingo, y por lo mismo, a los 10 que tuvo les dio todo para que salieran adelante en esta vida, razón por la cual, en 1975, hizo que su hijo Arturo, quien en ese entonces laboraba en el Diario “Prensa Libre”, de Tepic, volviera a Tuxpan a trabajar por su cuenta.
Y es que apenas unos meses atrás, su esposo Gabriel Flores le había regalado unos números de la Lotería Nacional, los cuales resultaron con el premio mayor, siendo éste de 300 mil pesos, repartido entre 20 “cachitos”, a los cuales les tocaba 15 mil pesos, menos un impuesto que cobraba el gobierno.
Por ese azar del destino, un 22 de agosto de ese año de campaña política para renovar el gobierno del estado en Nayarit (1975), salió a la luz pública el primer número del periódico CORREO DEL PACIFICO, el cual se editó en la ciudad de Ruiz y fue de inmediato distribuido en el municipio de Tuxpan, lugar de origen y permanencia de la familia Flores Mejía, mejor conocidos entre sus paisanos como “Los Gabachos”.
En esa efervescencia política con dos contrincantes de enorme peso, como fue “El Gallo de Oro” Alejandro Gascón Mercado, quien representaba la oposición de izquierda, y el candidato del partido oficial (PRI), Coronel Rogelio Flores Curiel, se fortaleció y creció este periódico, el que estuvo en todo momento con el candidato que obtuvo el respaldo del pueblo de Nayarit, Gascón Mercado, pero que desconoció el gobierno federal, siendo presidente de la República Luis Echevarría Alvarez, quien además tenía enorme compromiso con el Ejército que le ayudó a reprimir a los estudiantes en 1968 y 1971.
De 1975 a 1980, mis padres, Gabriel Flores y Ramona Mejía, realizaron enorme esfuerzo por expandir la influencia de este medio de comunicación que llegó a circular del puerto de Mazatlán, en Sinaloa, al norte de Nayarit, siendo ese año en que falleció “El Gabacho”, quedando la familia a cargo de nuestra madre, la que siguió trabajando y apoyando a sus hijos que ya tenían una imprenta, talleres y tiendas de venta de refacciones eléctricas, en las que además hacían todo tipo de reparación de aparatos de radio, televisión, rocolas y amplificadores de sonido.
Nuestra madre y fundadora de este periódico, mantuvo la unidad familiar hasta el día de su muerte, ocurrida apenas este pasado 23 de Marzo del año en curso, habiendo podido asistir a los anteriores eventos de celebración de los 42 aniversarios de su fundación, lo que nos hizo sentirnos siempre sumamente orgullosos, tanto al clan Flores Mejía como a los integrantes de la familia Flores Nungaray, quienes ya estaban incorporados en las tareas de publicación del modesto medio de comunicación que tanto representa para ellos y que ahora difunden a través de las plataformas digitales.
Lógicamente, al llegar a estos 43 años de los inicios de esta empresa editora de CORREO DEL PACIFICO, el que se hace, más que con dinero y capacidad, con mucho amor, llevamos luto y dolor porque por primera vez en más de 4 décadas no estará a nuestro lado nuestra querida e inolvidable madre, a la que ahora vamos a visitar a su tumba del panteón municipal de Tuxpan, donde yace al lado de su esposo, Gabriel Flores y sus hijos Hugo, José Alonso y Salvador Flores Mejía.
Entendemos que la vida continúa, que hoy somos nosotros, los hijos de este matrimonio ejemplar, quienes debemos luchar por mejorar nuestra sociedad y que en el plano periodístico, los hermanos Flores Nungaray van a retomar el compromiso de seguir aportando su esfuerzo para continuar dándole vida a este medio de comunicación del que nunca esperamos riqueza ni poder, y el que hacemos con el único interés de aportar nuestro granito de arena en la lucha constante e interminable de todos los seres humanos por la libertad.
Lógicamente que entendemos que en la actualidad el periodismo está clasificado como actividad peligrosa y muy poco lucrativa, pero aún así vamos a seguir adelante mientras continuemos vivos, siguiendo el ejemplo de nuestros padres.