Los pinches gringos son unos hijos de la chingada, por lo cual no hay que compartir la alegría que traen muchos políticos porque firmaron el tratado de libre comercia con México, esto antes que Andrés López Obrador tome las riendas del gobierno y que les salga en algunas cláusulas con que siempre no.

Y es que los empresarios yanquis no son hermanas de la caridad, van sobre la riqueza y la explotación de los trabajadores mexicanos, a los que pagan una miseria, llevándose de paso petróleo, metales y adueñándose de muchos destinos turísticos y bienes del país.

Dicen que nos hicieron un favor con esta firma del tratado comercial con México pero que lejos cantó ese gallo, ya que los empresarios extranjeros traen la pura de Don Carlangas, la de chingar, por lo que hay que ser cautelosos y ver lo que viene en un futuro inmediato, pudiendo suponer que por lo pronto se acordaron no perjudicar a inversionistas extranjeros, sobre todo yanquis, que han invertido en proyectos muy productivos para ellos, como el aeropuerto de la Ciudad de México.

Ya nos chingaron otra por varios años, pues se cuidaron que este acuerdo se revise cada seis años, curiosamente el tiempo durará en el poder Andrés Manuel López Obrador, o sea que el tratado comercial inicia con este sexenio y se revisara y se puede cambiar dentro de seis años, al final del mandato del presidente electo, lo que es una coincidencia muy sospechosa.

En fin, que por lo pronto no hay de otra más que apechugar, el gobierno entreguista y traidor de Peña Nieto y del PRI aún no termina, por lo que faltan aún algunas amargas sorpresas…