Dicen que los pueblos deben mantener siempre en mente la historia de los mismos, esto para no repetir los errores que les cuestan grandes sufrimientos, como es el caso de los nayaritas que al parecer han olvidado lo que aconteció en el proceso electoral local de 1975, en el que le fue arrebatado el triunfo por una imposición del gobierno federal.

En ese entonces, era candidato al gobierno del estado por Nayarit como representante de la oposición y postulado por el Partido Popular Socialista (PPS), el líder Alejandro Gascón Mercado, y a la presidencia de Tepic, el licenciado Salvador Castañeda O’connor iba por la presidencia municipal.

A pesar que el PRI llevó a cabo todo tipo de maniobras para hacer ganar en las urnas al candidato oficial, el Coronel Rogelio Flores Curiel, los nayaritas votaron de manera mayoritaria por los candidatos opositores, entrando en escena el entonces presidente del partido tricolor a nivel nacional, Porfirio Muñoz Ledo, siendo artífice del gran fraude electoral.

Este personaje funesto y nefasto para la vida política de nuestro estado, destacó en las administraciones del criminal Luis Echevarría Alvarez y del zángano Vicente Fox, siendo en la actualidad el presidente de la Cámara de Diputados amparado por MORENA.

Hay un adagio chino que dice que quien te engaña una vez es su culpa, pero que si te engaña dos veces, ya es culpa nuestra, y en el caso de Porfirio Muñoz Ledo y otros destacados ex priistas, seremos los mexicanos quienes seamos señalados como culpables por no protestar al ser nominados representantes populares muchos emisarios del pasado y que tanto daño han provocado al pueblo de México.

Fueron muchos los políticos desechados por los partidos políticos tradicionales (PAN, PRI y PRD), que hoy aparecen como grandes figuras en el triunfador Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA), donde fueron recibidos con los brazos abiertos y con la condición que les entregaran parte del poder que ahora comparten con Andrés Manuel López Obrador.

Obviamente, somos una gran mayoría de mexicanos los que deseamos de todo corazón que se haga realidad la cuarta transformación de México por la vía pacífica, que no tengamos que volver a sacrificar cientos o millones de vidas humanas por la ambición desmedida de unos cuantos personajes nefastos que tienen como fin estar siempre al frente del gobierno y a favor de intereses ajenos a la patria.

Es menester, para hacer realidad las aspiraciones de llegar a ser una nación libre, próspera y con una población feliz, no olvidar las lecciones que nos da la historia de nuestra nación y nuestro estado, que entendamos que quienes traicionan nuestra confianza una y otra vez, jamás podrán estar de nuestro lado por más que prometan y sean capaces de desarrollar elocuentes discursos.

Menos aún se les debe premiar a estos personajes surgidos del viejo sistema de gobierno con altas representaciones en una administración federal que ambiciona cambiar la realidad que vive el país, además que por más que se actualicen, los hoy flamantes funcionarios no pueden hacer desaparecer el estigma de las muchas traiciones que hicieron al pueblo de México en el transcurso de su larga vida política.

El deseo que aún tenemos muchos ciudadanos mexicanos, es el ver al lado de nuestro líder nacional, Andrés Manuel López Obrador, a nuevos personajes, gente humilde del pueblo pero con grandes cualidades para estar al frente de las dependencias federales, esto porque sabemos que en nuestra población hay muchos elementos de gran valía y enorme capacidad.

Y es que es menester recordar la historia del país, ya que en 1911, el pueblo de México votó para que fuera presidente de la República Francisco Indalecio Madero, el que pactó con emisarios del pasado, a los que dejó incrustados en su gobierno, mismos que lo traicionaron y provocaron una de las etapas más violentas que ha vivido el país, lo que por nada del mundo se debe repetir en la Cuarta Transformación de nuestra Nación que ya está en marcha.