Quedó demostrado una vez más que los coqueros somos buenos anfitriones, pues la visita que hizo en gira de trabajo el gobernador del estado Antonio Echevarría García por el municipio de Tuxpan, el alcalde José Octavio Olague Avena lo recibió en el poblado de Peñitas para de ahí trasladarse ambos a Unión de Corrientes, para finalmente concluir en la cabecera municipal donde inauguró la calle Francisco I. Madero, la que luce con calle pavimentada, drenaje, agua potable, banquetas y alumbrado público. En este lugar, el Ejecutivo estatal era esperado por cientos de personas que acudieron especialmente para saludar al gobernador y entregarle peticiones y solicitudes. Y es precisamente en la pedidera en lo que me sorprendí al ver tanto pedinche que sudando por el calor que esa hora se dejaba sentir, no fue impedimento para echársele en bola al gober, a la diputada local Margarita Morán Flores, la que ahí se encontraba, y al presidente municipal, doctor Olague, a los que pedían desde una ayuda económica, material deportivo y sillas de ruedas. Total, que bajo los ardientes rayos del sol, la andanada de pedinches ni sudaba ni se abochornaban para exigir demandas, y en vez de ser una inauguración, el ambiente parecía la del Niño Fidencio. La multitud, ávida de pedir, rodeaba a los funcionarios, a los que les escurría el sudor hasta por la cañada de la espina dorsal de sus húmedos cuerpos. Hoy comprendo el por qué los funcionarios no son muy dados a ir a las reuniones públicas, pues los pedinches se encuentran por montones y no tienen ni pizca de vergüenza, y si no la hicieron, arrasan con lo que encuentran, como en este caso en el que se llevaron sillas, botellas de agua y el colmo, hasta el hielo de las hieleras. ¡Qué gachos!… Y hasta la próxima.