La balacera que se dio entre militares y gente de los Guzmán la tarde y noche de este pasado jueves en la ciudad de Culiacán, Sinaloa, es una prueba dura que el gobierno Mexicano debe superar, pues a pesar de todo lo que se argumente, la realidad es que la autoridad tuvo que pactar con delincuentes que lograron liberar a uno de sus jefes, Ovidio Guzmán López, hijo del narcotraficante Joaquín Guzmán Loera, quien se encuentra preso en una cárcel de máxima seguridad en los Estados Unidos.
Luego del feroz encuentro entre elementos del Ejército y delincuentes, se supo que la detención de este personaje del crimen organizado se derivó de una orden de aprehensión con fines de extradición hacia el vecino país del norte, donde los gringos lo reclaman y acusan del delito de narcotráfico, lo que evidencia que el gobierno mexicano sigue haciendo trabajos sucios a su homólogo americano.
Este enfrentamiento deja más de una decena de muertos y muchos heridos, lo que apenas ha salido a la luz pública, pero todo mundo coincide en que hubiera sido peor si no se hubiera pactado con los delincuentes que iban decididos a todo para liberar a Ovidio Guzmán, pero hay quienes acusan que con esto se mostró debilidad ante la presión que ejercen los grupos criminales que en la actualidad están esparcido por todo el territorio nacional.
De hecho, debe haber un antes y un después de la balacera en Culiacán, ya que el gobierno federal, si en verdad quiera dar protección a las familias y detener tantos acontecimientos trágicos en los que pierden la vida valientes y valiosos soldados, policías federales, guardias nacionales, agentes judiciales y agentes municipales, así como infinidad de integrantes de las bandas delictivas, debe sacar los cuerpos de seguridad nacional de las calles y hacer que sean operantes los cuerpos de seguridad con que cuentan los estados y los municipios,
Los cuerpos policíacos en todo el país, deben contar con elementos capacitados para enfrentar la delincuencia en general, llevar a cabo detenciones de quienes trasgreda la ley, sea quien sea y acabar con la corrupción que impera en el Poder Judicial.
Nuestra policía debe tener también preparación adecuada y armamento sofisticado superior al que manejan en la actualidad los criminales, además que se debe tomar en cuenta que los soldados y marinos en todo el mundo, están preparados para el combate, que su labor es la de batirse en los frentes de batalla y no para llevar a cabo labores de detenciones de criminales.
A principios de la presente semana, muchos mexicanos vimos con preocupación el hecho de que está llegando a la capital sinaloense grupos especiales de militares, los cuales debemos entender van a cobrarse la afrenta que sufrieron las fuerzas armadas en el país, las cuales son ahora criticadas en muchos países del mundo por haber sido superadas por criminales que los derrotaron y lograron doblegarlos ante sus exigencias.
Y es que al tener la presencia ya de miles de elementos castrenses en territorio sinaloense, se entiende que el ejército irá tras los agresores que además de atacar a las instituciones del gobierno, liberaron a más de medio centenar de reos de un penal local, provocaron caos, terror, muerte y cercaron por todos lados la ciudad de Culiacán, donde por algunas horas fueron amos y señores.
En nuestra humilde opinión, se debe cumplir el propósito del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, quien señala que lo primero que se debe defender es la vida humana, por lo que a nadie nos debe alegrar que se prepare ya combates para detener, a sangre y fuego, al evadido Ovidio, el cual no vale la pena un solo muerto, menos los muchos que ya se ven venir solo para cumplimentar su detención con miras a una extradición a los Estados Unidos, país del que nos llegan muchos mensajes adversos a todos los mexicanos, entre éstos el incremento de la venta de armas letales, las que llegan a los criminales de contrabando a través de nuestra frontera norte, y como sabemos, estas empresas yanquis son fuertes y poderosas, al grado que no ceden ante nada en sus pretensiones de seguir vendiendo todo tipo de arsenal a los asesinos que transitan hoy por todo México como Pedro por su casa.