La mañana de este lunes, nuestro familiar Julio Armando Flores Mejía, conocido popularmente en su natal Tuxpan como “Yuyo Gabacho”, se arreglaba para salir de su domicilio de Francisco I. Madero, entre bordo del río y Juárez, hacia el mercado local, lo que era parte de su rutina diaria, sintiéndose repentinamente mal y desvaneciéndose, por lo que de inmediato, sus familiares lo trasladaron a la clínica del Seguro Social, donde a los pocos minutos dejó de existir.
Este suceso trágico trascendió de inmediato, ya que la familia Flores Mejía, de la que formamos parte quienes editamos este DIARIO, es ampliamente conocida en su pueblo natal, Tuxpan, por lo que un trabajador de dicha clínica de inmediato se comunicó con los hermanos de “Yuyo” para hacerles saber de su repentina muerte.
Julio Armando era el segundo hijo del matrimonio formado por Gabriel Flores Flores “El Gabacho”, y Ramona Mejía Tapia, quienes procrearon diez hijos, siendo el mayor Gabriel. Ya adolescentes, fallecieron Hugo Alberto y José Alonso, y hará cosa de unos cuantos años, Salvador, quien contaba al fallecer con 50 años de edad.
Nuestro hermano tuvo por compañera de toda su vida a Graciela Hernández, con quien tuvo tres hijos, siendo este Julio Armando, Julio César y Anabel, de apellidos Flores Hernández, quienes estuvieron al lado de su padre hasta el último momento de su existencia.
Julio tuvo como oficio de toda la vida el reparar aparatos electrónicos, así como la venta de refacciones, por lo que desde hace más de 50 años instaló taller y tienda en su mismo domicilio, donde dio servicios a miles de personas de Tuxpan y la región de la costa centro de Nayarit.
Por decisión propia expresada en vida a sus hijos y esposa, el cuerpo de Yuyo se veló en el lugar donde trabajó por siempre, su pequeño taller, y la mañana de este martes se le oficio misa de cuerpo presente en el templo parroquial de San Miguel Arcángel y posteriormente su cuerpo fue trasladado a Tepic, donde se le volvió a velar para ser sepultado en un panteón local este miércoles.
La familia tomó esta decisión porque los hijos varones con sus respectivas familias viven desde hace años en la capital del estado, y quieren tener cerca de ellos los restos mortales de su papá.
La sorpresiva muerte de Julio sorprendió a la mayoría de sus amigos, pero aún así tuvo concurridos servicios funerarios, dejando su muerte luto y dolor entre la numerosa familia Flores, quienes en medio de su pena, expresan su agradecimiento a todas las personas que se han solidarizado con ellos.
Descanse en paz el popular “Yuyo Gabacho”. (FOMA).