Grandes lecciones deja para el electorado mexicano el proceso político que se vivió en los estados Unidos, en el cual se dieron muchas sorpresas, sobre todo, para Donald Trump, quien buscaba la reelección de su cargo de presidente por otros cuatro años más.
Joe Biden, candidato del Partido Demócrata, aventajó de manera sorpresiva a Donald Trump, quien tiene mucha semejanza con el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, en la manera de haber llevado una política populachera, en la que acervaba el nacionalismo y el triunfalismo de todas las acciones que llevaba a cabo.
El todavía líder del país más poderoso del mundo, Donald Trump, también confrontó a los sectores más poderosos de su país, lanzaba continuas amenazas, incluso contra México, del que está hermanado ahora con nuestro Presidente López Obrador, atrayendo de esa manera muchos enemigos que a la postre dejaron de brindarle apoyo y lo combatieron para impedirle que siguiera el frente de los Estado Unidos.
En México, es indudable que Andrés Manuel tiene enorme popularidad y goza de la simpatía de las mayorías, lo que se podría ver afectado en el proceso intermedio de su gobierno, el cual debe pasar la dura prueba de las elecciones intermedias del 2021 en el que su partido, MORENA, no las tiene todas consigo, debido principalmente al llamado “fuego amigo”, el cual se refleja en las constantes críticas que se lanzan los mismos líderes morenistas en todo el país.
Los mexicanos más pobres tenemos cifradas las esperanzas en el gobierno de López Obrador, pero esta clase social de enorme mayoría es susceptible al engaño y suele caer fácilmente en promesas y corruptelas, de lo que se valdrá la gran burguesía, los empresarios sumamente ricos y los partidos de oposición, para echar abajo el proyecto nacionalista del actual gobierno de México.
Al igual que le sucedió a Trump, le puede pasar a López Obrador de continuar con las constantes confrontaciones, pleitos y diferencias que tiene con más de una decena de gobernadores de los estados más ricos de nuestro país, además que el partido de su creación, ha sido asaltado y vulnerado con la presencia de militantes de todos los partidos, incluso con los que MORENA tiene grandes diferencias, como es el caso del PRI y el PRD, de donde saltan muchos chapulines a las filas morenistas, algunos de ellos para desplazar a quienes le dieron fortaleza y que dolidos, ahora buscan cerrarles el paso a esos políticos que consideran intrusos.
Obviamente, en el caso del vecino país del norte, los Republicanos y su candidato a la reelección presidencia, Donald Trump, van a seguir luchando y es posible, por eso, que en los próximos días veamos una crisis inimaginable en la sociedad norteamericana, la cual fue dividida y confrontada por la política errónea de constantes denuncias y amenazas por parte de la administración actual.
El análisis y seguimiento de los resultados de esta contienda política estadounidense, son un gran beneficio y lección para los políticos mexicanos, los que deben experimentar en cabeza ajena, ya que a diferencia del sistema electoral de Estados Unidos, en México las cosas son más fáciles de manejar para el partido que mantiene el poder, en este caso MORENA, quien antes debe pasar con éxito la prueba de las elecciones del domingo 6 de junio del 2021 y de ahí en adelante, consolidar y fortalecer a MORENA. Fuera de este contexto, la lección dada a la política mexicana, los resultados de las elecciones presidenciales en los Estados Unidos, no deja beneficios a nuestros connacionales que por millones habitan los Estados Unidos y a los que nos quedamos en nuestro territorio nacional, ya que este poderoso país, cabeza del imperialismo mundial, no tiene amigos, solo intereses, y como potencia económica y militar, seguirá manteniéndonos a raya como socio del cual saca enormes beneficios explotando México a su favor, pasando por encima incluso de nuestra soberanía nacional e interviniendo en todos los asuntos a su conveniencia, esto además de jamás dejar de amenazar y culpar a nuestro país de muchos de sus problemas de crisis social y drogadicción, por lo que nos irá mal con Joe Blden o con Donald Trump