Como cucarachas con lumbre anduvieron desde este sábado por la madrugada los integrantes del escuadrón de la muerte del bordo del río San Pedro, así como los teporochos clientes consuetudinarios de cantinas y botaneros de Tuxpan, pues se decretó la llamada “Ley Seca” y se cerraron depósitos y negocios donde se venden bebidas alcohólicas. El ya famoso Luis Larios, “Narices de aceitera”, bufaba como toro de lidia y se vio abotagado por la falta de consumo de cerveza y vino, además que en sus cinco sentidos no puede agarrar un pargo como los que le caen en las cantinas donde les da baje con suma facilidad, pues es un experto que ya hizo caer a otros maestros del sable y el agandalle, como al popular “Pinolillo”, el que inocentemente le dio un billete de 500 pesos para que le trajera unas “Caguamas” y desde entonces no lo ha podido encontrar. Y dicen las víctima de este narizón que no hay manera de hacer pagar al topillero Luis, ya que este no tiene nara de nara, como dice el gangoso “Pitarro”, ya que la casa que habita está sin ningún mueble en su interior y el “Narices de Aceitera” duerme bajo un limón, pues no tiene ni una vieja cobija con qué taparse. Los borrachos que tienen manera de conseguir una lanita, se previnieron llevando a cabo compras anticipadas de vino y cerveza, pero esto no es igual que estar consumiendo alcohol en el escuadrón o en la cantina, en las que se juega con los amigos la ballena o Caguama, se acarician las pompis unos a los otros y si se tiene las fosas nasales tapadas, se arrima uno a los excusados y se los destapa el fuerte olor que de ahí emana, el que está más perro que el azufre. Los borrachos normalones, como “El Chivero” no tuvieron muchos problemas, ya que estos se emborrachan hasta donde una vuelta a la cuadra de la casa en la que viven, en el caso de este personaje con el compañero de toda su vida, su perro “El Repollo”, y quien tiene, por total capital, un viejo jarro y su bicicleta a bordo de la cual va a “El Tekatón” a jugar las Caguamas en el cubilete, pero quienes tienen el vicio muy arraigado no los calentaba ni el sol este fin de semana que tuvieron que soportar totalmente sobrios, pero al final dijeron que valió la pena su sacrificio, ya que de esta manera pudieron ir a depositar su voto en la urna que les correspondió, ya que dijeron que por nada del mundo iban a dejar de participar en este proceso en el que fueron a cumplir con su deber cívico, pues no saben si volverán a estar en otra revocación de mandato, pos ven que hasta los gobernantes chavas y de rancho, como el de Tuxpan, se enamoran mucho del hueso y no lo dejan por nada del mundo, menos piden a la gente que diga si los apoyan a no… Y hasta la próxima.