En nuestro pueblo de Tuxpan, hemos visto cómo desaparecen construcciones que son íconos en el paisaje urbano, como el viejo malecón, el cual además de ser sumamente eficiente y duró muchos años conteniendo las aguas desbordadas del río San Pedro, era muy bonito, reemplazándose por las grandes y feas bardas del muro de contención que lo reemplazó, Mucha gente se pregunta por qué hacen eso los políticos y la mayoría cree que porque están tontos, pero no, lo que buscan con estas obras costosas, feas y culeras, es ganar un costal de dinero, por eso “La Rata” Isaías fue requerido por la autoridad luego de la inundación del 2018. Otra obra loca y sin sentido, fue haber destruido el Paseo de Las Palmas y levantar en su lugar un bulevar que dejó muy madreada la entrada de Tuxpan, pero que dejó mucha lana al gobernador de ese entonces y a las autoridades locales, y ahora, esa obra es otra vez está siendo alterada y lo que se busca es lo mismo, dinero pal bolsillo de las autoridades, las que al tener que invertirse una cantidad excesiva de pesos, les queda un buen porcentaje. Hacer una obra y reparar otras, no es lo mismo, pues unas quitan dinero y las otras dejan, o sea que para quienes administran los municipios no es lo mismo, y hay se andan haciendo como “El Tío Lolo”, en este caso “El Chapito”, que es un inútil, ya mandó hacer creer a la gente que esta será un trabajo para que el rancho se vea bonito y lo apoyan en esta mentira quienes le siguen el juego y son sus cómplices, pues, y se justifica, porque si no los corre de la chamba y los borra de la nómina. Como yo no tengo pelos en la lengua, pos hay que decir que en esta administración cobran todos los líderes “de oposición”, por eso no dicen nada y dejan que el actual presidente “El Chapito”, se esté despachando con la cuchara grande y tenga trabajando en su ad ministración y cobrando, a toda su familia. Y es que el pleito es la lana, no que se de seguridad a la gente o que el pueblo se vea bonito, lo que importa es que haya fortuna cuando se deje de ser presidente, pues si no roban, luego los acusan de pendejos y aunque no roben, les van a decir ladrones. Por eso, porque los cambios dejan buen billete, en este lugar se acabó la pérgola del jardín, construcción arabesca que lucía un chingo junto con fosas alumbradas que se llenaban de agua y se veían muy bien y la entrada se cambió con vendimias de toda clase porque los cedros, amapas y otros árboles de madera preciosa que adornaban el lugar están ahora convertidos en muebles en las casas de los ex presidentes, la mayoría ratas como “El Chapito”, el que además es arquitecto y va a seguir por ese camino de hacer obras para trasformar nuestro pueblo en el lugar más feo del mundo… Y hasta la próxima.