Sumamente candentes están los ánimos en el municipio de Tuxpan y no precisamente entre las familias locales si no entre los actores políticos que buscan, a como de lugar, manejar el cajón de los centavos del ayuntamiento.
Se ha visto, tradicionalmente, que quienes están en una administración municipal, logran acumular, en unos cuantos años, dinero suficiente para no volver a mortificarse o padecer pobreza el resto de sus vidas, como es evidente en este lugar donde hemos visto o alcaldes que antes de llegar a este cargo andaban rentando casas, y cuando salieron de ese encargo, tenían infinidad de propiedades, flamantes negocios y de ahí en adelante, han sido grandes empresarios.
Con poquito que les favorezca la vida y un nada despreciable sueldo de más de 100 mil pesos mensuales, gas tos de representación total, el pago de viáticos, alimentos e infinidad de otras cosas, hacen que un humilde presidente municipal de un pueblo en extrema pobreza, como es Tuxpan, pueda argumentar que pudo guardar, en tres años, casi 4 millones de pesos, y si son bien invertidos, pues les da, cuando menos dentro de las posibilidades, que viven de manera holgada por varias décadas.
La tentación de hacerse de dinero fácil no ha sido vencida por la mayoría de los ex alcaldes coqueros, los que ahora son señalados con índice de fuego y algunos han sido requeridos por las autoridades y tuvieron que regresar grandes sumas, esto luego de estar por algunos días en el penal del estado.
En la actual administración municipal tuxpense, que inició el 17 de septiembre del 2021, o sea hace poco más de un año, se destaca la desmedida ambición que se mostró por el dinero que salía de la gente de este pueblo a través de pago de multas, pago de documentos oficiales y otras entradas en efectivo a las dependencias municipales, en las cuales no se daba recibo oficial, así como el que se puso en nómina a personas que ni siquiera sabían que eran “aviadores”, ya que la tarjeta en la que les depositaban sus quincenas, se supo después, las tenía en su poder el arquitecto José Luis “El Chapito” Tovar, a quien después acusaron de fraude.
De todas las administraciones municipales que se han tenido en Tuxpan, la actual ha sido la más conflictiva y la más peleada, destacando el hecho de que por esos azares del destino, arribaron al Cabildo personas negativos en su gran mayoría, analfabetas la mayoría, pues solo se tienen dos o tres profesionistas, por lo que no había mayoría que supiera qué obligaciones tiene un regidor o la síndico, por lo que el caos en este ayuntamiento ha sido mayor.
De esta manera, se logró fácilmente separar al alcalde José Luis “El Chapito” Tovar, nombrar en su lugar a su suplente, el ingeniero Aarón Ocegueda Briseño, pero este justo reemplazo de un personaje demandad o por varios delitos no se hizo de la manera correcta, movilizándose, movidos por la ambición, varios líderes de Movimiento Ciudadano, los que actuaron como verdaderos capos de la mafia de las drogas, para poder continuar con el saqueo de dinero de este golpeado municipio.
De esta manera, ha iniciado en Tuxpan una lucha dura por el control de la administración pública municipal, la que se sabe deja mucho dinero que es fácil de hacerlo llegar a los bolsillos de las funcionarios bandidos, los que como todo delincuente de la más alta escuela, no se detendrá ante nada para obtener este jugoso botín.
Y es que este pasa do 12 de diciembre, cuando se llevó a cabo la reunión de cabildo par a reinstalar en su cargo a José Luis “El Chapito” Tovar, se vio en ese lugar a gente armada, la que trataba de disimular que en t re la ropa llevaban sendas pistolas, los que se dijo después eran los guardaespaldas de los políticos foráneos que llevaron contingente en apoyo a quien colocaron otra vez al frente de esta conflictiva administración municipal, lo que nos hizo, a muchos ciudad anos tuxpenses, darnos cuenta de la gravedad de la situación, ya que por nada del mundo queremos que llegue la sangre al río, que haya víctimas mortales por culpa de la ambición desmedida de algunas cuantas personas que buscan, a como de lugar y sin importar las consecuencias, poder disponer de una fortuna y gran poder aunque se manera transitoria.