Históricamente, el gobierno mexicano ha tenido problemas que tensan las relaciones con los Estados Unidos, país con el que compartimos frontera y que se distingue por ser una potencia tanto en lo económico como en lo militar.
Incluso, este país ha invadido el territorio mexicano, se ha adjudicado gran parte del territorio y hasta hace poco, regresó a México una franja fronteriza en Chihuahua, conocida como “El Chemizal”, dejando claro que muchos de los conflictos que tenemos con nuestros vecinos del norte se pueden solucionar por la vía pacífica y diplomática.
Sin embargo, hay quie reconocer que el gobierno de los Estados Unidos, da protección efectiva a sus ciudadanos en todas partes del mundo, dejando claro que quienes se meten con un norteamericano, se debe atener a las consecuencias, como fue el caso del narcotraficante Rafael Ca ro Quintero, quien un 9 de febrero secuestró y asesinó al agente de la DEA Enrique Camarena, provocando este crimen una crisis diplomática entre las dos naciones.
Esta historia tan conocida en todo el mundo, se actualiza ahora que un grupo de sicarios perteneciente a una célula criminal secuestró en Tamaulipas a cuatro ciudad anos norteamericanos, lo que ha provocado que el propio presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, haya comentado que dará todo el apoyo para rescatar sanos y salvo a sus compatriotas, y aunque se realiza una intensa búsqueda de los desaparecido en territorio mexicano por parte de agentes de corporaciones de seguridad de México, no se descarta que intervengan en este caso, directamente investigadores de las corporaciones de seguridad yanquis, quienes tienen sofisticadas herramientas para dar con los ciudadanos americanos que están en poder de delincuentes en nuestro territorio.
Este incidente ha provocado incluso el que haya muchas opiniones divididas en la sociedad mexicana, ya que el fenómeno de la violencia y la criminalidad en nuestro país no para y por el contrario, se ve incontrolable en su actuar el todo el territorio nacional, al grado de que hay regiones que están totalmente controladas por la delincuencias organizada, por lo que sería de mucha ayuda para el gobierno mexicano, la colaboración e intromisión de agentes norteamericanos expertos en la lucha contra los narcotraficantes y criminales.
Lógicamente, la mayoría de los mexicanos rechazamos esta intromisión en los asuntos que tienen que ver con nuestra seguridad, sin embargo, debemos dar la razón a quienes están desesperados porque tienen familiares desaparecidos o ejecuta dos por estos grupos violentos que se nutren, según parece, con la corrupción que existe entre los cuerpos policiacos en México.
En nuestro país ya metimos hasta a los militares en la lucha contra los delincuentes, resultando peor el remedio que la enfermedad, pues debemos tomar en cuenta que los soldados están preparados para matar, no para hacer detenciones de delincuentes, los que por más peligroso que sean, deben ser puestos a disposición de los jueces por agentes policíacos, que son civiles adiestrados para llevar a cabo estas acciones.
Desde hace algunas décadas, se ha denunciado que la mayoría de las corporaciones de seguridad pública en México, están intervenidas y corrompidas por los delincuentes, por lo que hay miles de agentes que están a disposición de los delincuentes y no de del gobierno que los combate, dejando de esa manera expuesta totalmente a la sociedad de nuestro país
No sabemos en que vaya a terminar este conflicto entre los gobiernos de México y el de los Estados Unidos, pero si hay que reconocer que los norteamericanos hacen hasta lo imposible por dar seguridad a sus ciudadanos, lo que por desgracia no ocurre en nuestra patria, en la que vemos con total impotencia cómo se corta la vida de infinidad de personas de todas las edades, así como la desaparición de otros tantos, por lo que no estaría de más que dejáramos actuar en nuestro territorio a agentes yanquis y aprender de ellos cómo hacen por rescatar a estas cuatro extranjeros qu8e como están las cosas en nuestro país, de plano muchos mexicanos ya demos por muertos.