Estamos viviendo en la actualidad una ola de calor intenso en todo el territorio Mexicano, en el que además se pronostica una temporada de lluvias con pocas precipitaciones pluviales, lo que ya ha cobrado la vida de muchos compatriotas.
Las altas temperaturas traen consigo también muchas enfermedades, sobre todo intestinales y de las vías respiratorias, lo que se agrava en nuestros provincianos pueblos por los malos servicios que tienen las instituciones de salud, sobre todo en los hospitales públicos en los que siempre faltan doctores y medicamentos, los que al decir de algunos trabajadores de este sector, se deja perder en vez de dársela a la gente humilde que busca atención médfica.
En la región del norte de Nayarit se padecen altas temperaturas, y hasta hace pocos años, se refrescaba este territorio con las lluvias, las que puntualmente llegaban el 13 de Junio en décadas pasadas, ya que de hace varios años a la fecha, hay retraso en el inicio de la época lluviosa.
En la actualidad, tenemos resequedad y la presencia de muchas inclemencias del tiempo, pues al extrema calor trae consigo fuertes ráfagas de viento y la llegada de peligrosos huracanes, los que han devastado muchos pueblos en los que se ha tenido la pérdida de vidas humanas, muchas cabezas de ganado y daños por miles de millones de pesos por desbordamiento de ríos y arroyos.
Para los expertos, la falta de lluvias y el incremento del calor, es provocado por los mismos costeños, los que no hemos detenido la destrucción de árboles y seguimos destruyendo nuestro entorno, contaminando ríos, acabando con arroyos, explotando cerros, zona de manglares y toda la naturaleza sin que nadie detenga esta masacre ecológica.
A estas alturas, ha sido tanto el daño que los seres humanos hemos hecho en la costa norte, donde casi extinguimos las zonas arboladas, montes y pequeños bosques, como el palapar que existe en Tuxpan, el cual tenía una extensión de varias miles de hectáreas y actualmente se conservan solo poco más de 800, las cuales se deben vigilar y proteger porque cada año sufre incendios y hay quienes invaden terreno que utilizan después en la agricultura y la ganadería.
También en los pueblos vemos como la gente tumba todo tipo de árboles y no protege las áreas de maleza y monte, las cuales se incendian con facilidad en esta época seca con los candentes rayos del sol, pues basta en ocasiones un pedazo de vidrio para que se inicie una devastación ecológica.
Con menos árboles y sin presencia de animales silvestres que propagan semillas en bosques y entornos selváticos, dejaron de prosperar también muchas especies de árboles y la falta de humedad impide que en la actualidad veamos, en las márgenes de arroyos y ríos, los frondosos sauces y otros árboles que abundaban hasta hace poco en todo este territorio que hoy se ve desolado.
La falta de las barreras naturales que formaban grandes extensiones de manglares que teníamos a todo lo largo de la costa nayarita, hoy ya no existen, viendo que solo prosperan en ciertos lugares de algunos municipios, lo que provoca que cada año seamos impactados por poderosos huracanes que nacen y se desarrollan en el Océano Pacífico, los que a su vez se nutren y fortalecen con el calor, sobre todo el que se tiene en esta parte del planeta, ya que Nayarit está cerca del Trópico de Cáncer, línea imaginaria que cruza por Mazatlán, Sinaloa, y que según los científicos, sirve para para cruzar el territorio de la Tierra y de referencia, estudio y comparación para la localización y la apreciación climática que llevan a cabo los expertos.
Y si, los seres humanos que tenemos nuestro hogar en estas latitudes, hemos comprobado a través de los años, la elevación de la temperatura de la Tierra, lo que en principio no nos alarmaba, pero ahora si vemos el peligro por los impactos, cada vez más frecuentes y mayor fuerza, de huracanes y tormentas en esta región de la costa norte de Nayarit, por lo que debemos iniciar, junto con nuestros gobernantes, una tarea para recuperar zonas verdes y arbolada, dejando de contaminar y sobre explotar ríos y arroyos, cuidando y reparando en la medida posible todo el daño que hemos provocado a la naturaleza, la que ahora nos pasa factura por nuestra irresponsabilidad.