21 de Julio 2013.- Preocupado por brindar a la ciudadanía servicios de calidad y por que los campesinos tuxpenses gocen de excelentes condiciones laborales, el Presidente Municipal de Tuxpan, C. Isaías Hernández Sánchez, se reunió recientemente con representantes de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) y con ejidatarios del Municipio, para tratar juntos lo concerniente a la laguna de oxidación y los problemas existentes actualmente en ella, buscando tomar acuerdos y buscar soluciones al respecto.
En la reunión, estuvieron presentes el Alcalde tuxpense, C. Isaías Hernández Sánchez; el Regidor Prof. José Martín Espericueta Aguiar, Presidente de la Comisión de Obras Públicas del Ayuntamiento; el Prof. Carlos Ochoa Brambila, encargado de OROAPAS; Víctor Casas y Juan García, representantes de la CONAGUA; el C. J. Félix Valdivia Martínez, Presidente del Comisariado Ejidal de Tuxpan, además de algunos ejidatarios del Municipio.
Los campesinos presentes, cuyas tierras de cultivo se encuentran aledañas a la laguna de oxidación de Tuxpan, solicitaron en la reunión el arreglo de las pilas existentes mientras se puede construir la nueva, pues se han visto afectados por alrededor de una década por los desbordes de las aguas negras. Solicitan además, que existan mecanismos para que el agua que se libere sea tratada, para convertirla así en agua limpia que pueda usarse en tierras y ganado.
El Prof. Carlos Ochoa Brambila, encargado de OROAPAS en el Municipio, explicó que debe haber un desagüe para la laguna para que el agua no se desborde por sí sola en la temporada de lluvias, época en la que la situación empeora porque al desbordarse dichas aguas las máquinas no pueden entrar a trabajar ahí. Explicó también, que se busca hacer limpieza a la laguna como primer paso para que no se dañe la siembra, y posteriormente construir las pilas que hacen falta pues definitivamente las existentes no dan abasto a la población. Comentó además, que debido a que no se le ha dado el debido mantenimiento a la laguna desde algunos años, ésta se encuentra a veinte por ciento de su capacidad total, aclarando que el problema viene de mucho tiempo atrás, y que esta laguna se recibió por esta administración en peores condiciones que las que se encuentra ahora.
Para lograr todo lo que hace falta, es que se solicita el apoyo y presencia constante de la CONAGUA, al ser un medio de gestión entre el Gobierno Municipal, el Estatal y el Federal, y al tener la facultad de fortalecer el desarrollo técnico y la autosuficiencia de los organismos operadores, además de tratar las aguas residuales generadas.
Es así, que buscando alcanzar la mejor solución al problema, se va a invitar a expertos en el tema y a proyectistas para que vean qué es lo que puede hacerse. Por lo pronto, ya se dragó el canal de desagüe construido en apoyo a la laguna de oxidación, para que los campesinos a su vez puedan también desaguar sus tierras. Además, acordaron controlar el flujo del agua para no afectar más los campos de cultivo, liberando poco a poco el agua para que no inunde las tierras.
El Presidente Municipal, fue muy explicito al decir que se ha buscado por todos los medios no dañar a los agricultores, y se comprometió a apoyar en todo lo que esté en sus manos para dar solución al problema. El Alcalde, dijo entender perfectamente la situación, y se dijo dispuesto a apoyar a todos los campesinos afectados. Por lo pronto, se encargará de realizar en persona las gestiones necesarias con el Gobernador de la Gente, el Lic. Roberto Sandoval Castañeda, con el fin de recibir su apoyo y trabajar en conjunto para dar el saneamiento y rehabilitación que necesita la laguna de oxidación.
Isaías Hernández Sánchez, siempre preocupado por el bienestar de sus ciudadanos y consciente de la importancia de mejorar las condiciones de trabajo en el campo tuxpense, seguirá trabajando arduamente para dar solución definitiva a este problema, que si bien dejó de ser una prioridad para administraciones pasadas, en sus gestiones tendrá como prioridad resolver la actual situación de la laguna de oxidación de Tuxpan.
Por: Natalia Zamorano Sánchez