Nayarit está por salir de una administración estatal sumamente pésima, en la que si bien no se tuvieron los índices de corrupción y violencia como en el de su antecesor, si deja un amargo sabor de boca porque creó una miseria extrema entre trabajadores, campesinos y pequeños comerciantes y empresarios. Seguir leyendo DEL EDITOR: EL PUEBLO NO AGUANTA MÁS.