!Salvador, Salvador! ¿Cuándo se te quitará lo suato? Todo inicio una mañana invernal, de esas que transcurren tranquilamente en los pueblos de calles empedradas, con cantinas de techos de palma y el saludo de los amigos. -¿Estás en el rancho paisa?- -¡Si güerita, estoy con mi primo tomándome una cerveza! ¿Gustas?- -¡Ja, ja, ja, ja, no… prefiero un tejuino!- -¡Al rato voy a la plaza! ¿vamos? ¡Quiero conocerte! -¡Allá no vemos, ja, ja, ja, ja, llevaré trenzas y una flor roja en el pelo!- -¡Te conocería entre mil, sin duda!- dijo Salvador, luego se llevó el teléfono al bolsillo, su cara dibujaba una sonrisa de felicidad. Seguir leyendo «Estrella y Salvador»