Aunque se quiera, no se puede tapar el sol con un dedo, y en este caso, en el inicio del gobierno de la primera dama presidenta de México, Claudia Sheinbáum Pardo, está recibiendo presiones por parte de los grupos de la delincuencia organizada para que los deje seguir operando con total impunidad, tal y como lo han hecho ya por décadas en este país. Seguir leyendo DEL EDITOR: UN MEXICO VIOLENTO