LOS OLVIDOS DE BRAVONEL «Pedacitos de historia»

Hace días llovió torrencialmente en Ruiz y por las redes empezaron a circular videos de calles inundadas, árboles mecidos por fuertes corrientes de aire, y entre esas calles anegadas de agua de banqueta a banqueta, reconocí una que me trajo pedacitos de historia, la calle Mazatlan, la calle que anteriormente nacía en el barrio de Achota en un canal que desembocaba en un puente de madera de durmientes por la calle Laureles y Góngora y luego desparramaba su caudal en la casa de Sidronio el taquero y en el corral de la familia Rayas Salcedo e inundaba hasta la calle Iturbide, casi hasta la Querétaro.

Pero la calle Mazatlan era la mas afectada, toda la calle desde la casa de los Lira hasta la esquina donde vivía el Largo era una laguna que luego se ponía verde y hasta garzas había, por esa calle vivían también dos personajes ruizcenses que solo los más viejos nos acordamos de ellos, a media cuadra entre Mazatlán e Iturbide vivía don Pablo, que se ganaba la vida vendiendo hierbas medicinales y piedras preciosas como ópalos, amatistas y demás e inciensos y otros aromas, en la esquina con Iturbide vivió el profe Ramón, un joven de extremada delgadez que alternaba la profesión de maestro con la de peluquero y de radiotécnico, Bravonel recuerda que de niño allí lo llevaba su papá a cortarse el pelo, y siempre había algún objeto metálico entre los radios y televisiones desarmadas o pegado en la vitrina, en el sillón o en el pizarrón que al tocarse por descuido se recibía una pequeña descarga eléctrica, cosa que provocaba la carcajada del profesor.

Bravonel no supo en qué momento don Pablo y el profe Ramón dejaron de ser vecinos de esa calle, hacia el sur, varias décadas después, un hijo de don Pablo tuvo un expendio de cerveza por la misma acera pero en la esquina con la calle Juárez cerca del arco y enfrente del jardín de Los Burros.

Hoy después de muchas décadas el canal está entubado y reedirigido su cauce pero esas calles siguen siendo favorecidas con grandes cantidades de agua cuando llueve y se dificulta el caminar cuando caen esos torrentes en una tarde de tormenta como la de hace días.

Mi pueblo sigue creciendo y aunque se ha avanzado en el remozamiento de sus calles, unas con adoquín o concreto ahogado, otras con empedrado, pero hay mucho por hacer todavía, sin embargo no cambio unas vacaciones en mi pueblo por unas en Cancún, aunque me llene de lodo los huaraches.

©Bravonel 🇲🇽
12/sep/2024

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