Archivo de la categoría: bravonel

LOS OLVIDOS DE BRAVONEL «Pedacitos de historia»

Hace días llovió torrencialmente en Ruiz y por las redes empezaron a circular videos de calles inundadas, árboles mecidos por fuertes corrientes de aire, y entre esas calles anegadas de agua de banqueta a banqueta, reconocí una que me trajo pedacitos de historia, la calle Mazatlan, la calle que anteriormente nacía en el barrio de Achota en un canal que desembocaba en un puente de madera de durmientes por la calle Laureles y Góngora y luego desparramaba su caudal en la casa de Sidronio el taquero y en el corral de la familia Rayas Salcedo e inundaba hasta la calle Iturbide, casi hasta la Querétaro. Seguir leyendo LOS OLVIDOS DE BRAVONEL «Pedacitos de historia»

Del libro «Los cuentos de Bravonel» «Era guapa la Cristina»

Manuel tendría los veintitrés años, ella unos diecisiete, eran vecinos y se conocían desde niños, sus hermanos y primos eran muy amigos de él, ella era hija de un agricultor y él de un trabajador del campo también, Manuel al quedar huérfano, se dedicó al oficio de mecánico y los juegos infantiles quedaron atrás para dar paso a otras prioridades, su amistad era pues una de las más sólidas. Seguir leyendo Del libro «Los cuentos de Bravonel» «Era guapa la Cristina»

LOS OLVIDOS DE BRAVONEL «Que sube y que baja…»

Vivió en el barrio de Bravonel por la Laureles entre Querétaro y San Luis, un buen hombre de quién nadie supo apellidos y que los viejos todavía recuerdan, era un hombre servicial, muy amable y sencillo, decían que él y su hermana eran auténticos coras aunque nunca nadie pudo precisar de dónde habían llegado a poblar el barrio. Seguir leyendo LOS OLVIDOS DE BRAVONEL «Que sube y que baja…»

LOS OLVIDOS DE BRAVONEL

«Los infantes juegos»

Nadie podría explicar cómo sin más juguetes que la imaginación, los niños se podían divertir por horas, días y años en un predio de treinta metros cuadrados cercado de árboles de cacaguananchi, sangregrados y guámaras, en dónde había una puerta de entrada hecha de recortes irregulares de tablas, un pozo de agua de doce metros de profundidad, un jacal de palmas al fondo, dividido en tres piezas; dormitorio, una especie de ramada enmedio, sin paredes para permitir el paso del aire y la cocina con un gran pretil en dónde había dos hornillas de ladrillo y barro, un metate y un molcajete de piedra volcánica, un molino de mano y un tronco terminado en horqueta trunca donde estaba sentada la tinaja del agua, una mesa de madera y cuatro sillas del mismo material con asientos de palma tejida a forma de comedor. Seguir leyendo LOS OLVIDOS DE BRAVONEL

LOS OLVIDOS DE BRAVONEL «Que ondas pues, que ondas pues, que ondas pues»

Armando Velarde Gaviño, fue otro de los compañeros de trabajo de Bravonel, se conocieron desde que llegó a la fábrica, pero fué mucho después que se hicieron amigos, aunque todos lo conocían por su nombre, su apodo se impuso, era de alegre carárter, muy activo siempre fue convocado a algún equipo cuando se hacían torneos de fútbol y la muchachada que más convivía con el le puso el mote de *El guasas» por su forma alocada de ser. Seguir leyendo LOS OLVIDOS DE BRAVONEL «Que ondas pues, que ondas pues, que ondas pues»